La expresidente de Brasil, Dilma Rousseff, que fue destituida por el parlamento de su país, estuvo de gira en Buenos Aires, donde celebró el Día de los Trabajadores. En el marco de su estadía buscó dar visibilidad y mantener en agenda la detención de su socio, el también expresidente Luis Inácio Lula da Silva, al que considera un “preso político”. Sin embargo, lo único que pudo llevarse es el apoyo del kirchnerismo duro, espacio cada vez más minoritario en la política argentina.
En sus diferentes encuentros y presentaciones del ámbito local, Rousseff se mostró optimista en cuanto al futuro de Lula, condenado a 12 años de prisión por delitos de corrupción. “Libre o en prisión, Lula será el próximo presidente de Brasil. Lula vencerá”, manifestó como si se tratara de una cuestión bélica épica y no una causa judicial con condena efectiva.
Reunión de las expresidentes
La senadora Cristina Fernández de Kirchner recibió a su aliada, con la que analizó la situación política de ambos países, como la detención reciente de Lula. El cónclave fue publicado en las redes de ambas dirigentes. Dilma Rousseff volvió a insistir en la arbitrariedad del fallo contra el líder del Partido de los Trabajadores y publicó:
“Hablamos de los ataques a la democracia en Brasil y Argentina y la persecución de los gobiernos populares y el liderazgo de nuestros países, incluida la prisión arbitraria de Lula. Seguimos fuertes y resistentes”
Fui recebida pela querida amiga @CFKArgentina, em Buenos Aires.
Falamos dos ataques à democracia em Brasil e Argentina e da perseguição aos governos populares e às lideranças de nossos países, inclusive da prisão arbitrária de Lula.
Seguimos fortes e resistentes.#LulaLivre pic.twitter.com/rAJWyPkEU5
— Dilma Rousseff (@dilmabr) May 1, 2018
Por su parte, la expresidenta argentina se decidió por las visiones conspirativas y escribió en su cuenta oficial de Twitter un mensaje poco claro, que hace referencia a Mauricio Macri y Michel Temer: “Argentina y Brasil, demasiadas coincidencias para ser casualidad. Todo tiene que ver con todo”.
1ro de mayo con Dilma. Hablamos de Lula, 1er presidente obrero de Brasil, del ataque a los gobiernos populares y del retroceso social y económico de nuestros pueblos después del ataque. Argentina y Brasil, demasiadas coincidencias para ser casualidad. Todo tiene que ver con todo. pic.twitter.com/zJDzLshoXV
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) May 1, 2018
Visita a la feria del libro
Ya en la jornada de ayer, Rousseff se hizo presente en la tradicional Feria del Libro, que se realiza todos los años en el predio de La Rural, donde participó de la presentación de “Lula, la verdad vencerá”. La concurrencia, mayoritariamente kirchnerista y de izquierda, reunió a 2.500 personas, y como era de esperar, no faltaron los clásicos cánticos contra Mauricio Macri. También hubieron insultos dedicados al actual presidente del Brasil, Michel Temer, al que se lo acusó de estar detrás de la detención de Lula.
“Lula es un preso político. Es inocente y tiene que estar libre porque se está cometiendo un crimen con él. Está siendo condenado por sus convicciones”, manifestó Rousseff durante la presentación del libro.
El diario izquierdista Página 12 fue organizador y estuvieron presentes el senador Fernando “Pino” Solanas y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Ezquivel, que propuso a Lula para recibir el mismo premio que él consiguió en 1980 durante la dictadura militar argentina.
Dos países, misma nostalgia, mismos discursos
Aunque hasta hace muy poco tiempo el kirchnerismo y el PT eran la hegemonía en ambos países, hoy, la pérdida del poder no es el único denominador común de ambos grupos políticos. Al igual de la épica “latinoamericanista” que supieron darle a sus gobiernos, hoy, Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff comparten un “speach” para justificar las complicaciones judiciales que atormentan a ambos espacios de izquierda.
Aunque las causas tengan pruebas contundentes, incluso condenas, ambas dirigentes mantienen el discurso de que son perseguidas políticas de una supuesta “restauración conservadora neoliberal”, que viene a echar por tierra todos los logros de sus gobiernos. Los poderes judiciales de Argentina y Brasil, al menos, dicen otra cosa.