Se pudo haber hecho de un plumazo en diciembre de 2015, cuando Mauricio Macri llegó a la presidencia. No había motivos serios por los cuales no se podía desregular el servicio de aeronavegación comercial fácilmente, pero no se hizo. Lo que dejó el kirchnerismo en este sector, una Aerolíneas Argentinas casi monopólica y deficitaria, se fue corrigiendo muy gradualmente. Probablemente estemos ante el primer y único caso de “gradualismo” exitoso por parte del Gobierno de Cambiemos.
Primero se anunció un recorte del déficit de la “aerolínea de bandera”, que si bien sigue arrojando un rojo, ya se ha reducido. Luego se anunció el ingreso de nueva competencia, pero las denominadas “low cost” enfrentaban una regulación que limitaba la competencia: no podían ofrecer un destino por debajo de la tarifa más económica que podía dar Aerolíneas. Así comenzó una competencia incipiente que finalmente parece que se volverá real: a partir de ahora ya no hay más “piso tarifario” y las empresas podrán ofrecer a partir de agosto lo que deseen, sin ninguna restricción.
De esta manera Argentina deja atrás uno de sus tantos ridículos en cuestiones económicas. Aunque son conocidas las fracasadas recetas de “precios máximos” y en el país todavía abundan, al menos el sector aerocomercial terminó con el absurdo de “precios mínimos”. Esta política no era otra cosa que un privilegio encubierto para mantener las prebendas históricas de Aerolíneas Argentinas.
La noticia de la desregulación de precios vino de la mano con una oferta de Fly Bondi. La compañía anunció que a partir del mes que viene pondrá a disposición del público asientos para los vuelos de Buenos Aires / Córdoba al precio de 399 pesos (14 dólares a cotización de hoy). Más allá que se trate de promociones puntuales y existan pocos boletos a este precio, sin dudas estamos ante una mejoría, ya que hasta hace muy poco era imposible conseguir este pasaje por menos de un par de miles de pesos.
Las nuevas autoridades de la estatal Aerolíneas Argentinas parecen estar en sintonía con la intención política y no se escucharán reclamos, al menos desde el sector gerencial de la “empresa”. Lógicamente son posibles las protestas del espacio sindical, que es un mundo diferente. El presidente de Aerolíneas, Mario Dell´Acqua ya manifestó que no buscarán mantener una competencia en cuanto a los precios con las low cost, sino que apuntarán a “mantener la calidad de servicio”. “Todo lo que sea bueno para los pasajeros deberá ser bueno para Aerolíneas Argentinas. No es una medida que hayamos pedido nosotros, pero nos vamos a adaptar a ese entorno”, resaltó.