
Cristina Fernández de Kirchner, dos veces presidente de Argentina, fue citada a indagatoria por el juez Claudio Bonadio por la causa de los bolsos de dinero de la corrupción, que ya tiene varios presos del mundo político, empresarial y sindical.
El caso se destapó cuando la expareja de Oscar Centeno denunció que este llevaba “bolsos repletos de dinero” a funcionarios del ministerio de Planificación de Julio De Vido, citado también a indagatoria junto a Cristina. Centeno era el chófer del exfuncionario Roberto Baratta, que figura entre la nómina de los detenidos junto a los empresarios Javier Caballero y Gerardo Ferreyra.
Asociación Ilícita
Para el fiscal Carlos Stornelli “en la investigación, la hipótesis es la asociación ilícita”. Para el funcionario judicial, Baratta estaba relacionado en la causa de defraudación del gas licuado y las consecuencias de la investigación todavía son inciertas, pero podrían llegar más alto en el escalafón del poder kirchnerista.
En los cuadernos de Centeno, que tiene en su poder la justicia, están registrados los viajes que hizo con los bolsos de dinero. La expresidente Kirchner está complicada, ya que en las anotaciones informales hay registros de viajes al departamento de la expresidente en Recoleta, como también a la Quinta Presidencial de Olivos.
Abal Medina, también complicado
El exjefe de Gabinete de Cristina, Juan Manuel Abal Medina, también fue citado a indagatoria junto a De Vido y su secretario, José María Olazagasti. Otro alto funcionario kirchnerista citado es Oscar Parrilli, que se desempeñó como secretario general de Presidencia y jefe del servicio de inteligencia.
La lista de la indagatoria también afectó al sector “kirchnerista” de la justicia. El exjuez federal Norberto Oyarbide y Javier Fernández, de la Auditoría General de la Nación, deberán presentarse a declarar.
En las próximas horas podría haber una nueva oleada de detenidos que ascendería a quince implicados en el escándalo de corrupción.
Corrupción kirchnerista en los medios, una buena para Macri
En momentos donde comienzan a discutirse las candidaturas presidenciales del año que viene, los escándalos de corrupción del kirchnerismo en la prensa son una buena noticia para Cambiemos. Aunque el timing político electoral le brinda la excusa a Unidad Ciudadana de acusar persecución política, al Gobierno le viene muy bien que estos temas sean prioritarios en la discusión actual. Desviar la atención de la inflación y el dólar será una tarea diaria para el macrismo hasta las elecciones de 2019.