Desde el Gobierno de Cambiemos se enojan cuando el economista José Luis Espert dice que son “kirchnerismo con buenos modales”, pero lo cierto es que cuando vamos a las cuestiones concretas, muchas veces es difícil encontrar diferencias. Sobre todo en lo referente a la voracidad y persecución fiscal, que continúa sumergiendo al país en la pobreza de la que no puede salir.
En un nuevo capítulo de la triste historia de la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos), que en su momento fue el órgano ejecutor del cepo cambiario y que todavía sigue ahogando fiscalmente a los argentinos, se envió una vergonzosa carta a los propietarios de restaurantes “sospechados” de no cumplir con sus caprichos arbitrarios.
Resulta que el ente fiscal argentino hizo una cuenta que determina el número de empleados registrados que debe tener cada establecimiento gastronómico, según la cantidad de cubiertos facturados. Si la AFIP ve en sus registros que el cálculo no arroja la cantidad de empleados necesarios (a los que también esquilma con impuestos) procederá a multar y clausurar el restaurante. Por lo tanto, el dueño del local puede elegir el menú o la carta de vinos, pero ya no puede darse el lujo de tener como empleados a un número menor del que el vampiro impositivo desea.
A continuación algunos segmentos desopilantes de la intimación gubernamental que los negocios sospechados recibieron:
- “Contamos con una herramienta de fiscalización legal que nos permite establecer una cantidad mínima de trabajadores de acuerdo a la cantidad de cubiertos ofrecidos”.
- “Deberías tener un mínimo de cuatro empleados registrados y si estás leyendo este mensaje es porque creemos que no todos están registrados”.
- “Además, quedarás expuesto a que te sumemos a un registro de incumplidores”.
- “El empleo no registrado es una de las causas que contribuye a la falta de inclusión social”.
¿Tenés un restaurant? Bueno, no es del todo tuyo. La @AFIPcomunica te dice cuantos empleados registrados debés tener según la cantidad de cubiertos facturados. pic.twitter.com/gsD7foZC8R
— Marcelo A. Duclos (@marceloduclos) July 12, 2018
El comunicado, de cierto tono mafioso, parece sugerir que los propietarios son avaros extremos que desean mantener contratados informales, para ahorrarse unos pocos pesos, en perjuicio del trabajador. Lo cierto es que lo que se lleva el Estado de cada trabajador registrado supera el 40% del salario en mano. Es decir, que con el dinero que un empresario contrata a dos trabajadores, sin las pesadas cargas tributarias argentinas, estaría en condiciones de contratar a tres.
Pero eso no es todo, la complicada legislación laboral convierte a las contrataciones en riesgos. Con la normativa vigente, un restaurante que, según la ecuación requiera cuatro trabajadores registrados, un juicio laboral es sinónimo de un serio problema financiero. Afrontar dos despidos directamente sería la banca rota.
La idea heredada del kirchnerismo, y vigente en el macrismo, de que altos impuestos son beneficios para los más humildes y que los “derechos laborales” cuidan la fuente de trabajo, lo único que logran es impedir que se generen nuevos puestos de trabajo. En una situación como la actual de alto desempleo y déficit fiscal (con muchas personas que dependen del Estado) lo que se necesita es un mercado laboral dinámico y muchos emprendimientos.
El Gobierno, en sintonía con el anterior, por ahora no hace otra cosa que agravar los problemas.