Dictó el sobreseimiento más polémico de la década kirchnerista: en un plumazo dictaminó que no había que investigar a la pareja presidencial, Néstor y Cristina, y se ganó el odio de medio país. Norberto Oyarbide, el polémico juez federal, era sinónimo de fallos favorables hacia el Gobierno de entonces.
Con la salida del kirchnerismo presentó su renuncia indeclinable y Mauricio Macri la aceptó. Muchos criticaron al actual presidente por aceptar su salida voluntaria y no haberlo sometido a un juicio político. Pero a tres años de estos sucesos, Oyarbide vuelve a ser noticia: se quebró y reconoció que le dictaban los fallos. Hoy teme por su vida y le pide ayuda y protección a Macri.
“Yo sobreseí en base a todo lo que me dijeron. Había que hacerlo. Y así fue que transcurrió. Esa es la pura verdad. Fue el mismo fin de semana que él se murió. ¡Mirá que desgracia!”, dijo en declaraciones radiales el exjuez, con relación al polémico sobreseimiento y la muerte de Néstor Kirchner.
Aunque sus fallos eran evidentemente políticos, y quedaba en evidencia la parcialidad del magistrado, las declaraciones sobre los aprietes y amenazas abren un nuevo frente judicial que amenaza a la expresidente en medio de su posible candidatura presidencial.
“Si me quieren matar, que me maten. Ya está. Ojalá el presidente escuche todo esto”, le dijo a Baby Etchecopar en su programa de Radio 10.
Otro arrepentido
Ante la pregunta del periodista sobre si Oyarbide desea acogerse a la figura de arrepentido para declarar, el jurista manifestó que es una posibilidad concreta: “Eventualmente puedo hacerlo, estoy en todo mi derecho si estoy diciendo cosas de una gravedad importante. Pero dejen de colocarme todas las cruces. No soporto más esto”, resaltó.
Además del nuevo escándalo que amenaza a Cristina Kirchner, las declaraciones del exjuez pueden volver a abrir las causas en la que dictó sentencia, por lo que la expresidente podría enfrentar una serie de fallos adversos de gravedad.
“Un mal juez, leal al poder de turno”
El fiscal Federico Delgado criticó a Oyarbide, al que calificó como un “mal juez”. Para Delgado, su “supervivencia” en el mundo de la justicia se debió a la lealtad al poder político de turno. “Todos los que estábamos en tribunales sabíamos que tenía un muy mal nivel técnico. Era muy arbitrario. Pero supo administrar esas flaquezas con fidelidad al poder.