Hasta hace muy poco Mauricio Macri se dirigía tranquilamente rumbo a la reelección. Sin grandes logros para mostrar, con un gradualismo atado con alambres y con el kirchnerismo desfilando por tribunales, el presidente argentino parecía que iba a batir dos records juntos: ser el primer no peronista en terminar mandato desde 1928, y como si esto fuera poco, ser reelecto.
Pero ante algunos sacudones de los países emergentes y con el fin del financiamiento barato en el mundo, el “modelito de morondanga” como lo denominó el economista José Luis Espert, se vino abajo como un castillo de naipes. Macri se vio en las puertas del Fondo Monetario Internacional y su Gobierno fue víctima de la peor crisis de confianza. Durante los últimos meses, Argentina va de devaluación en devaluación, de corrida tras corrida y las noticias son monopolizadas por la inflación, la cotización del dólar y el desembolso del FMI.
Con este panorama, la imagen presidencial viene sufriendo importantes caídas. Pero, a un año de las elecciones nacionales, no hay candidatos de fuste para hacer frente. El peronismo sabe que en cualquier momento puede ocurrir un derrumbe y espera en las sombras. La única que saca la cabeza queriendo competir es Cristina Fernández de Kirchner. Pero para la expresidente el frente electoral no es el único que tiene en cuenta: el judicial podría llevarla a la cárcel antes de presentar su candidatura. Multiprocesada, ya tiene fecha para el primer juicio oral, que comenzará el 26 de febrero.
Las directivas de Macri
Ante este clima enrarecido, el mismo presidente se encargó de despejar todas las dudas sobre una candidatura alternativa dentro del espacio oficialista. Aunque en un momento se evaluaron las posibilidades del intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y de la gobernadora, María Eugenia Vidal, Mauricio Macri ya notificó a los personajes en cuestión, como a su grupo de colaboradores, que él sigue siendo el único candidato. La posibilidad de una fórmula “Larreta-Vidal” o viceversa, hubiese significado una reformulación completa de la alianza Cambiemos. El binomio podría haber incluido a un sector del peronismo y al mismo Sergio Massa, lo que era sinónimo de la partida de Elisa Carrió y su coalición Cívica.
Además de confirmar, hasta el momento, su candidatura, Macri les prohibió a Larreta y a Vidal desdoblar las elecciones. Es decir, realizar los comicios locales en una fecha diferente a las elecciones nacionales. Ambos dirigentes cuentan con altos índices de aceptación (por momentos superiores al del mismo Macri), por lo que el líder de Cambiemos quiere aprovechar el arrastre, en una situación cada vez más adversa.
Además de pedirles que comiencen a trabajar ya en sus candidaturas, Macri les dijo que lo hagan bajo la coordinación del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que por ahora sigue firme en su puesto por apoyo del mismo presidente.