Carlos Menem recibió el poder de forma anticipada por parte de Raúl Alfonsín, en medio de una gran crisis económica y una inflación descontrolada en 1989. No todo era negativo entonces. Luego de un largo período de interrupciones militares, un presidente radical le entregaba la banda a su sucesor peronista pacíficamente. Menem venía de ganarle a Cafiero la interna del Partido Justicialista, con un resultado que sorprendió al país.
La política mostraba signos de civilidad e institución que hoy ya no tiene. Cabe recordar que Cristina Kirchner se negó a ponerle la banda a Mauricio Macri y que ningún partido desarrolla primarias como hizo entonces el peronismo. Pero sin dudas la gestión económica del “padre de la democracia” (1983-1989) había sido un fracaso.
Cuando la cotización del dólar llegó por aquellos días a los 10 mil australes (moneda que colapsó en seis años) el menemismo impulsó su ley más característica, la de la “convertibilidad”. Con diseño de Domingo Cavallo, el austral perdía cuatro ceros para darle lugar al “peso convertible”, que sería respaldado por dólares de reserva. Cada persona que desee podía cambiar “uno a uno” sus pesos por la moneda norteamericana. Hubo confianza, la gente no huyó de la moneda nacional y Argentina tuvo el período más largo sin inflación desde la creación del Banco Central.
Claro que no fue todo un cuento de hadas, ya que en 2001 voló el país por los aires. La gente perdió sus depósitos en dólares, cayó el Gobierno de Fernando de la Rúa y para 2002 la devaluación de Eduardo Duhalde y Jorge Remes Lenicov confirmaba que medio país caía por debajo de la línea de pobreza. El “uno a uno” era historia y se hizo carne en la opinión pública la tesis de que la convertibilidad “fue una mentira”.
¿Qué salió mal?
Aunque la imagen característica de los noventa fue la convertibilidad y las privatizaciones, lo cierto es que nada tuvieron que ver con el colapso y la crisis. Con un socialismo del Siglo XXI incipiente, la batalla discursiva apuntó hace casi dos décadas al “neoliberalismo” como el responsable de todos los males y la mayoría de los argentinos compró la tesis.
De la misma manera que en las crisis anteriores, como ocurre con la actual, la explosión de 2001/2002 tuvo que ver con el déficit fiscal y un Estado que gastaba más de lo que recaudaba. A pesar de haber privatizado las empresas de servicios públicos y haber renunciado a la máquina de imprimir billetes, el Gobierno de Menem no sometió a la burocracia a la reducción necesaria. Aunque se sacó de encima el lastre de las deficitarias compañías estatales, el aparato gubernamental siguió en rojo. Apoyando las reformas, el FMI y el Banco Mundial aparecieron todos los años con el cheque para cubrir la diferencia. Hasta que no lo hicieron más y ocurrió el estallido.
Lo único que hizo la convertibilidad fue dejar en evidencia la cuestión del déficit, prohibiéndole al Gobierno imprimir billetes para afrontar gasto público. De no haber existido “uno a uno”, lo único que hubiera cambiado es que la explosión hubiese llegado más tarde, luego de otro proceso inflacionario. Una agonía más larga, como la que se vive Argentina desde el último mandato de Cristina y que persiste hasta hoy. Pero el resultado no varía.
La situación hoy
Más allá de la reforma monetaria que pueda implementar el Gobierno de Macri, la historia nos muestra que el problema de fondo es el Estado impagable. Si Argentina no corrige su gasto público en nación, provincias y municipios, los cambios no traerán soluciones de fondo. Claro que si se adopta el dólar como moneda, salirse de ese esquema en el futuro es muy difícil. Una vez que la gente ve que tiene una moneda sólida, no quiere volver atrás. Cabe destacar que los mismos seguidores socialistas de Correa se manifestaron en contra del regreso al sucre.
Una moneda estable (ya sea extranjera o convertible) le brindará al país otro período de paz inflacionaria, pero para que el país despegue seguirán siendo fundamentales una reforma laboral, una política de apertura y libre comercio, y un Estado de dimensiones y costos razonables.