Jair Bolsonaro llega a la presidencia de Brasil. Mauricio Macri se va en 2018, pero todavía es incierta la posibilidad que finalmente se quede cuatro años más. Lo que sí se sabe, es que la relación entre ambos mandatarios, que como mínimo compartirán 11 meses funciones, no empezó de la mejor manera.
Recientemente se realizó la Cumbre del G20, y aunque Bolsonaro todavía no asumió, su presencia era una posibilidad, ya que comenzará su mandato a principios del año próximo. Pero el presidente electo no participó del evento, al que solamente vino el jefe de Estado saliente, Michel Temer. La ausencia fue leída por varios analistas como la manifestación de una posible distancia con Argentina, que podría estar relacionada con la falta de prioridad que significa para Bolsonaro el Mercosur.
Aunque todavía no hay definiciones concretas, el candidato a ocupar el ministerio de Economía de Brasil, Paulo Guedes, ya manifestó que su gestión tendrá como objetivos nuevos vínculos comerciales con el mundo. Estos planes afectan directamente a Argentina, ya que su vecino del norte es el principal socio comercial.
Como si los planes de Guedes fueran poco, su futura colega de la cartera de Agricultura también tendría interés en romper con el bloque regional, pero por las razones opuestas: la funcionaria tendría la intención de “proteger” al sector agropecuario brasilero, eliminando el ingreso masivo de productos argentinos y uruguayos.
Con este panorama incierto, Macri ya decidió que no estará en la asunción de su par de Brasil y al evento enviará al canciller argentino, Jorge Faurie. La razón oficial del desplante es que el mandatario argentino ya tenía planificada sus vacaciones familiares con su mujer, Juliana Awada.
Las relaciones internacionales de la gestión de Cambiemos estuvieron caracterizadas por un total pragmatismo. El Gobierno apoyó la candidatura de Clinton en Estados Unidos, pero luego cerró filas con Trump. Funcionarios de Gobierno visitaron Cuba y plantearon la búsqueda de un vínculo amistoso con el régimen, y a pesar de las supuestas diferencias ideológicas con su par boliviano, Evo Morales, Macri se mostró siempre muy amistoso con él. Ambos mandatarios han jugado fútbol en más de una oportunidad, incluso juntos. Además, en la última edición del G20, el Gobierno argentino fue criticado por hacer oídos sordos ante las denuncias contra el príncipe heredero del trono saudí, que asistió a la cumbre y se reunió con Macri.