No nombraron ni a Mauricio Macri ni a Cristina Fernández de Kirchner. Pero a pesar del informe no personalizado, el Fondo Monetario Internacional dio un claro mensaje en la víspera de las elecciones presidenciales de este año: Argentina está mal, pero va bien, las buenas noticias irán llegando de a poquito, pero existen “riesgos considerables” para la economía si en las elecciones hay un “giro político” de donde está el país hoy. A buen entendedor pocas palabras…y ningún nombre.
Para el organismo dirigido por la francesa Christine Lagarde “un cambio en la agenda” podría tener un impacto importante en los “movimientos favorables” que se han registrado en los mercados financieros, que se espera que impacten en la economía argentina este año. Según el departamento encargado de la región, “el Gobierno argentino ha mostrado un compromiso muy fuerte”, pero los inversores aguardan tener más claridad sobre “cuál será el marco de políticas que van a regir en el país a partir de 2020”.
“Las expectativas de inflación van a bajar lentamente, porque están alrededor del 28% o 27% para 2019 entre los analistas, pero una caída desde una tasa cercana al 50% a una tasa del 28% o 27% no es una caída lenta. Hay que enfocarse en el cambio de tendencia, que va a ser importante en 2019”, dijo Alejandro Werner, director del departamento para el Hemisferio Occidental del FMI.
“Todo el ruido asociado a una elección limita la velocidad en la cual el proceso económico se tendría que dar hacia parámetros más consistentes con economías estables, en donde la duración y la madurez de la deuda pública es más larga, en donde el sistema financiero empieza a tomar riesgos que cubren un plazo mayor, y en donde la inversión privada tanto doméstica como extranjera empieza a aumentar”, agregó.
Las metas comprometidas del Gobierno ante el Fondo
El año pasado, los funcionarios de Mauricio Macri se habían comprometido a una reducción del déficit primario del 2,4% que se llegó incluso a superar alcanzando el 2,7%. Esto permitió que se giren más de la mitad de los 57 mil millones de dólares acordados, pero este año el desafío es aún más difícil: 2019 coincide con un año electoral, donde las necesidades de gasto político se incrementan considerablemente. A pesar de esto, Macri se comprometió en profundizar la reducción del rojo.
El “ajuste” que viene realizando Cambiemos ha generado grandes críticas de los economistas liberales, que se mostraron distantes del programa aplicado por el macrismo. Según los especialistas, el Gobierno busca cerrar la brecha subiendo demasiado los impuestos y bajando muy poco el gasto. Argentina tiene una de las presiones impositivas más grandes del mundo y el constante aumento de impuestos resulta agobiante para el sector privado.