En teoría, tienen la pecera más grande para pescar en estas elecciones. Según todas las encuestas, el descontento que despiertan tanto Cristina Fernández de Kirchner como Mauricio Macri es mayúsculo. Con la idea de vender una propuesta para este amplio sector del electorado, “Alternativa Federal” anunció con bombos y platillos que iría a una primaria en agosto para elegir al candidato peronista que se presentará en octubre con la finalidad de cerrar “la grieta”.
La primera mesa del espacio tuvo como referentes a Sergio Massa, a Miguel Ángel Pichetto y a Juan Manuel Urtubey. Pero el rotundo triunfo del cordobés Juan Schiaretti en su provincia lo subió a la negociación en las últimas semanas.
El economista Roberto Lavagna nunca formó parte formal de “Alternativa Federal”, pero se especuló que podía jugar dentro de este espacio, ya que sería su grupo natural. Detrás del exministro está la figura de un peso pesado del peronismo: el expresidente Eduardo Duhalde.
Aunque en un principio Lavagna tenía la intención de ser el candidato del “consenso” y evitar competencia de la PASO (Primaria Abierta Simultánea Obligatoria), la inteligente jugada de Cristina Fernández de Kirchner de ir como compañera de fórmula con Alberto Fernández adelantó los tiempos, marcó la cancha y bajó las exigencias de los otros espacios.
Sin embargo, cuando todo parecía indicar que el exministro podía ser una de las propuestas de Alternativa Federal en agosto, surgió otro problema que distanció al economista del grupo “peronista no kirchnerista”. En las últimas horas corrió fuerte el rumor que Daniel Scioli, candidato por el kirchnerismo a presidente en 2015, podría ser parte del menú de AF.
Una vez más, Lavagna puso el grito en el cielo. No quiere saber nada con ningún integrante representativo de ninguno de los extremos de la grieta. Esta tarde se reunió con Pichetto para limar asperezas, pero el mensaje fue claro: “Si está Scioli, yo no estoy”. El senador prometió “llevarle” el mensaje a Schiaretti para volver a hablar y encausar las negociaciones.
Pero Scioli no es el único con un pie en cada peronismo. Toda la mesa de Alternativa Federal sabe que Sergio Massa es el candidato competitivo del espacio para la provincia de Buenos Aires y temen que emigre a los brazos de los Fernández, para ser el candidato a gobernador.
Aunque el dirigente de Tigre no tiene vínculo con la exmandataria, sí habla constantemente con Alberto Fernández. El flamante candidato a presidente fue el último jefe de campaña de Massa y el teléfono está abierto. “Sergio es amigo y hablamos permanentemente”, reconoció Alberto a los medios en la mañana de ayer.
Aunque la novela peronista sigue manteniendo la atención de los medios, no puede durar mucho más y tiene que encontrar solución pronta. El 22 de junio cierran las listas.