El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su último informe acerca de las perspectivas económicas para lo que viene y no hay muy buenas noticias para América Latina. La región, que parecía iba a tener un mejor desempeño de crecimiento para este año, redujo sus expectativas a tan solo un 0,6 %.
Al mundo le va algo mejor. Según el organismo internacional la economía global arrojará un incremento del 3,2 %. Las tensiones internacionales entre China y los Estados Unidos han colaborado para que el número no sea más alentador.
Los motores regionales de Brasil y México muestran una desaceleración preocupante. Aunque se esperaban mejores indicadores, para el FMI ambos países crecerán solamente un 0,8 % y un 0,9 %, respectivamente. La confirmación de la expectativa mexicana deja en problemas al presidente Andrés Manuel López Obrador, que había prometido un incremento del 4 %, que no podrá ser alcanzado.
Pero el ancla de la región, que poco ha aportado en el promedio general, es otra vez Venezuela. El desastre económico de la dictadura de Nicolás Maduro seguirá en caída y libre y tendrá un peor desempeño que lo que el mismo FMI calculaba hasta ahora.
Según los nuevos cálculos del organismo internacional, que esperaba una reducción de la actividad económica de Venezuela del 25 %, finalmente la caída será de 10 puntos más: 35 % hasta fin de año. Lo cierto es que no se descarta que la catástrofe sea aún peor.
Durísimos términos
El documento hace referencia a una “profunda crisis” y una “implosión económica” a la hora de referirse a Venezuela: “La profunda crisis humanitaria y la implosión económica en Venezuela siguen teniendo un impacto devastador, y se prevé que la economía se contraiga alrededor de 35 % en 2019”, señala el informe.
Se va Lagarde y comienza la puja por la sucesión
El primero de noviembre de este año Chistine Lagarde estará al frente del Banco Central Europeo, dejando su silla del FMI. En Europa no quieren sorpresas y buscan garantizar que el reemplazo se quede en el continente. Hasta el momento, los 11 directores generales han tenido pasaporte europeo, pero cabe destacar que esto ha sido una tradición y no una normativa formal.
Los que se perfilan como candidatos son la española Nadia Calviño, el portugués Mário Centeno, el exministro holandés Jeroen Dijsselbloem y Olli Rehn, del Banco de Finlandia.