El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ordenó desmantelar la institución que ahora deja al descubierto cómo él colaboró con partidos comunistas mientras militaba en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Fueron presentados ante el Archivo General de la Nación de México archivos desclasificados de lo que fue la Dirección Federal de Seguridad, donde se exponen cómo el actual presidente, cuando era integrante del PRI, financiaba al Partido Comunista de México y ayudó al Partido Socialista de los Trabajadores, entre otros.
31 informes compuestos de 63 páginas, con fecha entre junio de 1979 y septiembre de 1983, fueron presentados como evidencia que López Obrador buscaba debilitar al PRI, del que formaba parte.
Durante elecciones locales en la década de los ochenta, la evidencia indica que el presidente utilizó su posición dentro del PRI para favorecer a militantes de un partido identificado como socialista. “Es dirigente en esa entidad del Partido Comunista Mexicano”, afirma uno de los documentos.
También involucra al Partido Socialista de los Trabajadores, al cual López Obrador ayudó, según los documentos, cuando ocupaba el cargo de director del Instituto Nacional Indigenista (INI) como delegado del PRI.
El #AGNMex pone a consulta la versión pública del expediente de Andrés Manuel López Obrador, generado por la Dirección…
Posted by Archivo General de la Nación (AGN) on Wednesday, April 17, 2019
Según el informe, fue en la campaña del candidato Leandro Rovirosa Wade, del PRI, quien fue gobernador de Tabasco entre 1977 y 1982, que López Obrador “ayudaba económicamente al entonces Partido Comunista mexicano”.
“López Obrador, por ser de filiación comunista, pretendía debilitar al PRI en las próximas elecciones (1983) para diputados y alcaldes y meter gente del PSUM (Partido Socialista Unificado de México)”, agrega el informe.
El presidente ocupó cargos jerárquicos dentro del PRI. Hasta su renuncia en 1983 dirigió a nivel estatal a este partido.
Es decir, fue integrante del PRI años, incluso después sus momentos más controvertidos, como la masacre de los militares contra los estudiantes de la UNAM que resultó en más de 300 muertos en 1968.
López Obrador no marcó una división del partido oficialista hasta mediados de los 80, cuando participó como fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que perteneció hasta el 2012. Bajo esa bandera López Obrador se lanzó a la presidencia y perdió en dos ocasiones, 2006 y 2012.
Fue recién en 2014 que fundó su propio partido, Morena, cuyos integrantes, incluso la presidente, son abiertamente pro Castro en Cuba y pro Chávez en Venezuela, es decir, socialistas.
No es un dato menor que apenas asumió la presidencia, López Obrador ordenó desmantelar el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), que a su vez remplazó en 1989 a la Dirección Federal de Seguridad que tuvo en su poder los archivos incriminatorios.
En su Gobierno la institución que está a cargo de las investigaciones se denomina Centro Nacional de Inteligencia y está controlada por la Secretaría de Gobernación.
Ya en marzo se publicó una primera parte del informe y López Obrador dijo que “no todo lo que sale en los expedientes de los opositores es cierto, muchas cosas son inventadas”.
¿AMLO comunista?
Eso es lo que decían los archivos del #Cisen pic.twitter.com/GVFH3u6NR5— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) April 17, 2019
“Ahí viene por ejemplo que yo era miembro del Partido Comunista cuando fui director del Instituto Indigenista de Tabasco, que yo apoyaba y financiaba a ese partido y a otros de izquierda, pero no, yo no era militante, pero sí apoyaba a los luchadores sociales, ese reporte no obedece a la verdad”, agregó.
Insiste que los campesinos “ni sabían qué era el comunismo” y “se cometieron grandes injusticias para etiquetar a luchadores sociales”. Alega que fueron reprimidos bajo un Gobierno y partido que él respaldó por décadas, el PRI.
De hecho, parte activa de la campaña de López Obrador era que sería el primer presidente de izquierda de México. Lo cual confirmaría sus vínculos con la izquierda, pese a que se empeñe en negarlos.
Una de las posibles razones por las que López Obrador decidió militar en el PRI es porque este partido tiene raíces socialistas. No hay que olvidar que en 1934, el mismo presidente que estatizó el petróleo (Lázaro Cárdenas), modificó la Constitución (artículo 3) para que la educación pasara de ser laica a establecer que “la educación será socialista”. Bajo este mismo partido también se hicieron reformas que permitían la expropiación.
Pasa por alto que los abusos que denuncia fueron cometidos por el partido que él respaldó por décadas y del cual fue parte. Y todavía hay más información que podría incriminar al presidente.
Según el titular del Archivo General, Marco Palafox, están en su poder entre siete y ocho millones de expedientes pendientes de análisis. De modo que la entidad que López Obrador mandó a reemplazar hoy está dejando al descubierto su pasado.
En vista que el presidente ordenó desmantelar el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), que a su vez remplazó a la Dirección Federal de Seguridad que recopiló los archivos incriminatorios, existe la posibilidad que muchos de esos archivos no salgan a la luz. No obstante, ya es de conocimiento público que existen y por tanto la oportunidad de que se realice una auditoría.
Por su parte, el presidente mexicano ha procurado en su gestión desvincularse del régimen socialista en Venezuela, ante el miedo que México termine así.
Sin embargo, destaca como ejemplo de gobernabilidad a Salvador Allende de Chile, conocido como “el primer socialista elegido democráticamente”.