
Los restos del Socialismo del Siglo XXI sueñan con reeditar la experiencia de hace unos años, pero lo cierto es que no les está resultando sencillo. No es ningún secreto que, de la misma manera que Hugo Chávez repartía dinero para las campañas de los candidatos afines, el kirchnerismo, dentro de sus posibilidades, hacía y hace lo mismo.
El año pasado, Sergio Schoklender, excolaborador de la primera gestión kirchnerista, reconoció que se utilizaron fondos de la corrupción para financiar campañas en el país y en la región. El caso de Bolivia fue uno de los mencionados, entre tantos otros ejemplos.
La recepción, casi con honores, de Evo Morales en Argentina recientemente, luego de la renuncia a la presidencia de su país, no deja mucho librado a la imaginación. En la jornada de hoy, la actual mandataria boliviana, Jeanine Áñez, reconoció ante la Asamblea General de la ONU que la situación ya es insostenible.
La mandataria, que acusa a Morales de conspirar y fomentar disturbios en territorio boliviano, aseguró que la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner ejerce un “acoso sistemático y abusivo” en contra de las instituciones de su país.
En este sentido, antes de finalizar su exposición en la jornada de hoy, resaltó:
“No quiero terminar este discurso sin denunciar ante el mundo el acoso sistemático y abusivo que ejerce desde Argentina el Gobierno kirchnerista contra las instituciones y los valores republicanos en Bolivia”.
Para la jefa de Estado, el comportamiento de las autoridades actuales de argentina “se trata de una conducta de castas populistas” que no dudan en utilizar métodos francamente abusivos para sostener sus planes.
“¿Cuál es la autoridad que tiene para amparar una conspiración violenta de Evo Morales contra la democracia boliviana desde suelo argentino?”, dijo con relación a Alberto Fernández, sin nombrarlo directamente.
En su discurso, Áñez quiso dejar que no tiene nada “en contra del noble pueblo argentino”, al que asegura que valora. Tampoco cuestionó la “tradición política” del peronismo, pero dejó en claro que la situación de interferencia política actual en los asuntos domésticos bolivianos es inaceptable.
Cabe destacar que la mandataria boliviana retiró su candidatura para la reelección, para apoyar la unidad de las fuerzas políticas de centro que se oponen al retorno del MAS. En sus palabras en la exposición de hoy, la región se debate entre “libertad o populismo caudillista y autoritario”.