De acuerdo con el Washington Post, 109 galardonados con el Premio Nobel firmaron una carta pidiendo a Greenpeace que termine con su oposición a los organismos genéticamente modificados, o transgénicos, y los acusaron de cometer un “crimen contra la humanidad”.
“Se debe frenar la oposición basada en emociones y dogmas que van en contra de los datos. ¿Cuántos pobres deben morir en el mundo antes de que consideremos esto un crimen contra la humanidad?”, se lee en la carta de los galardonados.
“Las agencias científicas y regulatorias de todo el mundo han dictaminado de forma repetida y consistente que los cultivos y alimentos mejorados con biotecnología son tan seguros, si no más, que los provenientes de otra forma de producción”, argumentan.
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Asimismo, los nobeles aseguran que los alimentos genéticamente modificados son menos dañinos para el medio ambiente y denominan su uso “agricultura de precisión”, ya que los transgénicos son una forma de desarrollo mucho más avanzado.
Además, acusan a Greenpeace de llevar una década creando un clima de terror entre los consumidores, que ha resultado en numerosas prohibiciones e impedimentos a las investigaciones científicas.
En concreto, la carta de los nobeles va dirigida a la protección del arroz dorado, por lo que la carta recuerda a los ecologistas que, cada año, entre 250.000 y 500.000 niños se quedan ciegos por falta de vitamina A.
De igual forma, UNICEF calcula que, por esta razón entre una y dos millones de personas mueren cada año. Los nobeles esgrimen que esto se podría prevenir gracias al arroz dorado, alimento que incluye entre sus nutrientes la provitamina A.
Por otra parte, frente a la carta de los nobeles, Greenpeace publicó un comunicado este viernes en su defensa en el que aseguraban que “los transgénicos no son la solución del hambre en el mundo”.
Con respecto al arroz dorado, la Organización dice que este “no existe, no está disponible” y que “es un proyecto fallido que tras 20 años sigue en la fase de investigación y en el que se han invertido cientos de millones de dólares”.
Fuente: Washington Post