Este jueves 22 de septiembre, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que su país está comenzando conversaciones exploratorias con China con el fin de lograr tratados de libre comercio entre ambas naciones.
“Decidimos iniciar discusiones exploratorias con vistas a un acuerdo de libre comercio entre Canadá y China a fin de duplicar el intercambio comercial hacia 2025”, dijo Trudeau junto a su homólogo chino, Li Keqiang.
Además, el líder canadiense señaló que ya han podido llegar a algunos acuerdos.
Asimismo, durante la visita oficial del mandatario de China a Canadá, en Ottawa, Keqiang aseguró que, a raíz de este acercamiento se fortalecerán los lazos. Esta es la primera visita realizada al país norteamericano por un primer ministro chino en 13 años.
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Con respecto a quiénes se benefician de este acercamiento, el politólogo Loïc Tassé, dice que “es seguro que él [Trudeau] está presionado por ciertos sectores empresariales y financieros para que las relaciones entre Canadá y China sean mucho más sólidas”.
Eso se debe a que empresas canadienses de los sectores mineros, agroalimentarios y financieros tienen mucho que ganar con este tratado con China.
Grandes multinacionales como Bombardier, Power Corporation o SNC-Lavalin reciben seguramente “señales de sus homólogos chinos, que más respeto y amistad serían benéficas para relación”, dice al respecto el diplomático canadiense en China y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Brock de Saint Catharines, Charles Burton.
Por otra parte, el abogado de la firma McCarthy-Tétrault, Jean Charest, indica que Trudeau debe ser prudente y estructurar lentamente su nueva relación con China, ya que el desafío más grande para Canadá es el de establecer una verdadera reciprocidad comercial “con un país donde la regla de derecho no es siempre respetada”.