Debido a la polémica por el falseamiento de las emisiones de gases contaminantes, la empresa Volkswagen tuvo que retirar cientos de miles de vehículos del mercado y de las calles. Ahora, esos vehículos se encuentran estacionados, sin ningún tipo de uso; algo que podría ser, de hecho, mucho más perjudicial para el medio ambiente.
A raíz de la polémica, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por siglas en inglés) forzó a la compañía a tomar acciones. Esto derivó en la retirada de 400.000 vehículos — solo en Estados Unidos— .
Actualmente se pueden ver, en diferentes estacionamientos, una inmensa cantidad de vehículos estacionados. Las imágenes son, de por si, impresionantes. Uno de los estacionamientos es el abandonado Pontiac Silverdome, en Detroit, donde reposan miles de Volkswagens.
Y, aunque estos vehículos fueron retirados para evitar un impacto ecológico negativo, señala el medio Jalopnik que es posible que la decisión de retirarlos haya sido mucho más perjudicial para el medio ambiente.
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“Si Volkswagen no puede reparar el daño de sus vehículos, eso significa que estos tendrán que ser ‘responsablemente reciclados’, que es otra manera de decir que irán al depósito de chatarra. ¿Esto es realmente mejor para el medio ambiente que simplemente mantener los coches en la calle?”, se pregunta David Tracy, redactor en Jalopnik.
“Se necesita energía para reciclar un automóvil viejo y, lo más importante, se necesita energía para fabricar uno de remplazo. Además, hay que calcular los efectos del desguace de todo ese metal”, se lee en el medio estadounidense.
Hasta ahora no es preciso afirmar que la decisión de retirar los vehículos tendría un impacto muchísimo más perjudicial que, en cambio, haberlos dejado. Para poder decir esto se necesitaría hacer un “estudio completo del ciclo de vida”. No obstante, esto es algo que no se ha hecho.
Ni EPA ni la Junta de Recursos de Aire de California han llevado a cabo la investigación necesaria.
“Me acerqué a EPA y a Volkswagen haciendo la misma pregunta, y ambas fuentes me dirigieron a la Junta de Recursos de Aire de California. Eventualmente, me di cuenta de que la respuesta es no: nadie había conducido un estudio del ciclo de vida sobre estos vehículos”, apunta Tracy.
Entonces, el problema con los vehículos de Volkswagen defectuosos era que estos producían cantidades ilegales de NOx (un contaminante que causa asma y otras enfermedades). La intención de retirar los vehículos fue la de evitar los problemas de salud asociados con el NOx, y, además, “para remediar el hecho que a los consumidores se les había mentido”.
El objetivo era disminuir los efectos negativos en las personas, no en el medio ambiente.
“Eso tiene sentido. Pero aún así podrían haber un millón de automóviles enviados a la trituradora —alguna agencia ambiental también habría publicado algunas cifras sobre el impacto del carbono—”, se lee en Jalopnik.
“Para todo aquel que se pregunta si el desguace de los carros es realmente mejor para el medio ambiente que los vehículos en las calles, la respuesta es que realmente nadie sacó las cifras. Es un tema complicado”, continúa el texto.
Por lo tanto, “siempre va a haber un impacto al medio ambiente (…) Por ejemplo, los carros no pueden ser desechados y ya. Primero deben ser reciclados en un proceso que es supervisado por la EPA y la Junta de Recursos de Aire de California”.
Asimismo, se lee en el artículo que existía una opción que permitía a Volkswagen disminuir los niveles de NOx de sus vehículos defectuosos. Esta opción, además, ofrece el beneficio secundario de evitar que los automóviles sean reciclados antes del final de su vida. De esa manera de disminuyen los daños asociados con el dióxido de carbono (CO2).
Esa opción fue aprobada, pero solo para una pequeña cantidad de vehículos. Todavía 500 mil están condenados al depósito de chatarra.
De igual forma, “lo que hace que el reciclaje de los 500.000 VWs aún peor para el medio ambiente que los costos de fabricación de un remplazo, es el hecho de que estos vehículos serán remplazados por vehículos menos eficientes en el combustible”.
Es decir, “la fabricación de un automóvil nuevo solo representa alrededor del 5 % de todas las emisiones de carbono, mientras que el resto proviene del combustible necesario para conducir el carro”.
Los vehículos defectuosos de la VWs tienen el valor agregado de la eficiencia en el combustible, entonces, el problema ahora es que “los consumidores venderán su coche de bajo consumo a VW y lo remplazarán por uno que quema más combustible y, por lo tanto, emite más CO2”.
“Habrá contaminación emitida cuando los fabricantes construyan sustitutos, aquellos que probablemente emitan más CO2”, espeta el redactor David Tracy.