Algunos de los principales «íconos» de la protesta en Venezuela han cuestionado la decisión de asistir a las elecciones regionales que la dictadura de Nicolás Maduro celebrará este domingo quince de octubre.
En entrevista para la agencia AFP, algunos de los más reconocidos venezolanos que manifestaron entre abril y julio de este año, han expresado su percepción sobre el proceso electoral. De cinco cuestionados, dos no votarían. Los otros, comprenden la decepción.
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Wuilly Arteaga, el famoso manifestante que esgrimía su violín durante la represión, dice que no apoya la participación en las elecciones regionales. “De ninguna forma votaría”, espeta Arteaga. Que se haya decidido participar, para él, “fue un golpe muy duro” para los jóvenes de La Resistencia.
Según el joven violinista, Venezuela está regida por un régimen dictatorial y las elecciones regionales permiten a Maduro aparentar que está “en un país democrático”.
La mujer que se plantó frente a un camión blindado de la Guardia Nacional Bolivariana, María José Parra —o la señora de la tanqueta—, asegura que las protestas en Venezuela no tenían como objetivo la celebración de estos comicios, sino la salida de Maduro. No obstante, considera que “no hay motivo para regalarle al Gobierno las gobernaciones”.
La misma sensación agridulce la tiene Caterina Ciarcelluti, la denominada «Mujer Maravilla». Una fotografía de ella devolviendo los ataques a la Guardia Nacional Bolivariana se hizo viral. Ahora dice que tiene “sentimientos encontrados, frustración, como un vació”.
“Tanto luchar y no obtuvimos lo que quisimos. El Gobierno se salió con la suya. Todo quedó como en un silencio que atormenta”. No obstante, este quince de octubre participará: “Voy a votar porque es mi derecho”.
El joven, cuya imagen que prendido en llamas se hizo viral, también votará. Lo dice con seguridad, a pesar de que por un incidente en medio de la represión se quedó sin huella dactilar. “Ve las elecciones como una nueva esperanza”, cuenta la hermana de Víctor Salazar a AFP.
Por último está Hans Wuerich. Es el joven que se desnudó frente a la represión. Escaló una tanqueta y pidió libertad. Los minutos lo volvieron un emblema de las protestas. Y a AFP esgrime su rechazo a la decisión de acudir a las regionales.
Siente “impotencia porque el país sigue igual”, sobre todo ahora que se celebrarán unas “absurdas” elecciones regionales. “Con ellas lo único que se logra es darle oxígeno al Gobierno mientras el pueblo está pasando hambre. Las elecciones se buscaban, pero no eran estas las que se querían”, asegura.
Fuente: 24Matins