Nuevamente la Rusia de Vladimir Putin ha decidido brindarle al régimen de Nicolás Maduro un respiro: ambas naciones firmaron un acuerdo para reestructurar la deuda este miércoles 15 de noviembre. No obstante, la deuda de PDVSA no se ha incluido.
Según se lee en la agencia Reuters, este nuevo acuerdo “permite a Caracas hacer pagos ‘mínimos’ a Moscú en los próximos seis años para ayudar al Gobierno venezolano a cumplir sus obligaciones con otros acreedores, dijo el Ministerio de Finanzas Ruso”.
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Actualmente Venezuela mantiene una deuda con Rusia de más de USD $3.150 millones. Una cifra que podrá pagar en un período de 10 años; luego de que se llegara a este acuerdo. Pero además de esa deuda, está la de PDVSA. La estatal petrolera venezolana adeuda unos USD $6.000 millones a la petrolera rusa Rosneft; y esta cifra no se ha incluido en el acuerdo.
“Preguntando si la deuda de PDVSA era parte del arreglo del miércoles, el ministro de Economía venezolano Simón Zerpa dijo en un encuentro informativo en Moscú que no se incluyeron deudas corporativas en el nuevo acuerdo, que fue puramente entre los dos Gobiernos”, señala Reuters.
Bajo este nuevo acuerdo de reestructuración que brinda Putin a Maduro, se plantea liberar más fondos con el fin de que Venezuela pueda estabilizar y desarrollar su economía y “mejorar la capacidad de pago del deudor, incrementando la probabilidad de que todos los acreedores reciban de nuevo sus préstamos”, de acuerdo con el Ministerio de Finanzas ruso.
Con respecto a Venezuela, uno de los vicepresidentes de Rosneft, Pavel Fyodorov, aseguró este martes 14 de noviembre que Venezuela sí está pagando su deuda, pero en partes de “cientos de millones de dólares”. Lo que también dejó claro es que la petrolera rusa no tiene pensado prestar más dinero al país latinoamericano. Y eso fue todo lo que dijo Rosneft, una compañía cuyas acciones se han venido abajo.
Actualmente Venezuela mantiene una deuda pública externa de unos USD $150.000 millones. De esa cifra, USD $45.000 millones de la deuda pertenece a la estatal PDVSA, y parece no haber forma de que el país de Nicolás Maduro pueda escapar del default.
Ya la empresa de servicios financieros, Standard & Poor’s Global Ratings, declaró a Venezuela en “default selectivo”. Eso después de que el país no pudiese “pagar cupones por 200 millones de dólares sobre sus bonos globales por vencimiento en 2019 y 2024 dentro de un período de gracia de 30 días”: la Bolsa de Luxemburgo suspendió por impago las negociaciones de los bonos.
Otra agencia que sentenció el default fue la calificadora financiera Fitch Ratings. En este caso, se declaró a Venezuela y a su petrolera PDVSA en “default restrictivo”, debido a que se retrasó el pago del vencimiento de la deuda.
La nueva calificación “refleja el incumplimiento en el pago de bonos al 2 de noviembre y 27 de octubre debido a demores de procedimiento que hicieron que los tenedores recibieran pagos del principal hasta una semana después de la fecha debida”.
Mientras Nicolás Maduro necesita renegociar la masiva deuda externa, Estados Unidos también prohibe a sus ciudadanos y a sus bancos sentarse con el régimen de Nicolás Maduro para buscar un acuerdo. Se debe tomar en cuenta que al menos el 70 % de los tenedores de bonos son de Estados Unidos y Canadá.
Fuente: El Nacional, Reuters, El Impulso