El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, estuvo en España durante una visita oficial y, desde la nación europea, opinó sobre Venezuela para lamentar las consecuencias de la represión y las arbitrariedades del régimen dictatorial de Nicolás Maduro.
“Es evidente que ya hay demasiados presos políticos y muchos muertos. Más de 100 ya son bastantes”, dijo Moreno durante una tribuna informativa de la agencia Efe en Casa de América, Madrid, este martes 19 de diciembre.
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No obstante, el mandatario nombró a Venezuela para ofrecer un ejemplo sobre cómo no se debe intervenir en asuntos de otros países. Cree que, en el caso de la nación regida por la dictadura de Nicolás Maduro, organizaciones como las Naciones Unidas son las adecuadas para actuar.
“Los presidentes de otros países haríamos bastante bien en respetar el derecho de los pueblos a tomar sus propias decisiones”, agregó en Madrid.
Fue una respuesta a la preocupación sobre la opinión que tiene en cuanto al referéndum: “En el momento en el que uno quiere consultar al pueblo, hay que aceptarlo. Si el pueblo quiere que haya reelecciones indefinidas, el pueblo dice. Yo no estoy a favor, pero no por ello no voy a cumplir lo que el pueblo ordena”.
Es lo que el pueblo decida, insiste Moreno. Por ello, son los venezolanos los que deben resolver su dramática situación. A eso hace referencia, al hablar sobre un pueblo secuestrado por un régimen militar y vinculado al narcotráfico.
“Dejemos de creernos en el derecho de intervenir en la solución de los problemas de otros países”, espetó.
Un viraje en contra del socialismo del siglo XXI
Aunque Lenín Moreno triunfó en las presidenciales de Ecuador mientras se presentaba como el sucesor del expresidente Rafael Correa, amigo del régimen chavista; una vez asumido el cargo, empezó a distanciarse de su predecesor y también de sus camaradas.
El pasado 14 de agosto el ecuatoriano emitió un mensaje televisado en el que condenó la violencia desmedida del régimen autoritario contra la disidencia. Denunció, además, la existencia de presos políticos.
“Por encima de cualquier postura ideológica o política, la vida es sagrada e intocable. La muerte de seres humanos es un hecho que debemos lamentar y rechazar enérgicamente”, dijo Moreno.
Unos días después anunció que los embajadores en Cuba y Venezuela, —que se mantenían alineados con Correa y su simpatía por los regímenes de Castro y Chávez—, dejarían sus cargos.
Se trata de un viraje sustancial con respecto al socialismo del siglo XXI. Al apartarse de Correa, de Maduro y del régimen de Castro en Cuba, Lenín Moreno da una estocada al partido y a la política que lo apoyó.