Por Carola Briceño Peña
Millones de ecuatorianos pasaron la noche sin dormir en espera de unos resultados electorales que el Consejo Nacional Electoral de Ecuador (CNE) había ofrecido para el final de la tarde del domingo. Sin embargo, entrado el amanecer del lunes no se tenía el total del escrutinio, haciendo que creciera la tensión en la población y el temor a un fraude.
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Centenares se quedaron apostados frente a las diversas sedes del Consejo Nacional Electoral, donde exigían los resultados del 100 % y vigilaban lo que pudiese ocurrir en un particular proceso electoral en el que no se ha definido si habrá o no segunda vuelta, pues el que el candidato correísta, Lenín Moreno, tiene 39 % de los votos, mientras que el opositor Guillermo Lasso logró 28 %.
Todas las instalaciones electorales fueron resguardas con la fuerza pública y en algunos casos, como en Guayaquil, se registraron breves forcejeos entre los ciudadanos y los efectivos militares y policiales.
Mientras los ciudadanos esperaban angustiados los resultados, aparecieron diversos casos de actas conseguidas tiradas en las calles (la mayoría favoreciendo al candidato Lasso) y de otras actas trasladas por vehículos particulares y sin el debido resguardo de las autoridades militares.
No conforme con los casos irregulares que eran reportados de apariciones de actas en las calles, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, proclamó públicamente la victoria de su candidato y mostró una cifra de 42 % de la que no citó las fuentes referidas. Su versión sirvió para que otros Jefes de Estado felicitaran a través de sus cuentas en Twitter el “triunfo de la revolución”.
La incertidumbre se agudizó a medianoche cuando el propio CNE sin mayor explicación desmontó el centro de transmisión oficial de resultados que había sido habilitado para la prensa. Los medios de comunicación tuvieron poca información sobre lo que ocurría, mientras que la página web del ente comicial (donde ofrecen los resultados) quedó fuera del aire por ratos y actualizaba los resultados con mucha lentitud.
Los seguidores del candidato socialista esperaban una celebración en la sede del partido en Quito luego de que Correa colocó los tuits anunciando la victoria absoluta, pero fueron enviados a sus casas y se les pidió esperar hasta último momento.
El propio candidato correísta, tras una aparición pública en la que hasta entonó una canción, pidió a sus seguidores cruzar los dedos porque a pesar de la ventaja que llevaban no podían asegurar que ganaran en una primera vuelta.
El candidato Lasso pidió a sus seguidores vigilar el voto y anunció que sí habría segunda vuelta, incluso llamó a los otros candidatos opositores a unirse para llegar con fuerza y derrotar definitivamente al socialismo en esa nueva etapa de la contienda.
El compañero de fórmula de Lasso fue uno de los principales líderes en las afueras del CNE y hasta pidió que los militares cumplieran su función de garantizar la defensa de la voluntad popular. También comentó que estaban dispuestos a establecer barricadas si eso era necesario para defender el voto de los ecuatorianos.
Mientras, las autoridades comiciales no han salido a explicar las razones del retraso, ni mucho menos el por qué hay actas que han sido encontradas abandonadas en las calles.
Los ciudadanos despiertan con un amargo sabor a fraude tras un proceso electoral que habían prometido que sería perfecto y que ofrecería resultados prácticamente en vivo.