La fundación dedicada al estudio de la amenaza a la seguridad nacional y ciudadana en Latinoamérica y el Caribe, InSight Crime, calificó a Venezuela como un “Estado mafioso” en un artículo en el que enumeró siete razones para justificar la aserción.
De acuerdo con la fundación, el crimen organizado ha penetrado en “altos niveles de las instituciones del Estado”. Una investigación llevada a cabo devela que “en los más altos niveles de las siguientes instituciones trabajan personas (…) que están o han estado involucradas en actividades criminales: la vicepresidencia, el ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia (…) Ministerio para la Defensa” de Agricultura, de la Educación, del Servicio Penitenciario, del Comercio Exterior, de Energía Eléctrica”.
Asimismo, InSight Crime menciona que la Guardia Nacional, la Fuerza Armada, el SEBIN e, incluso, la estatal petrolera PDVSA, están fuertemente vinculados al crimen organizado en el país. Es la conclusión de una investigación que luego se publicó en un detallado informe.
“¿Cómo es que un país que se asiente sobre una de las mayores reservas de petróleo del mundo después de Medio oriente cae en la quiebra?”, se pregunta InSight Crime en la nota. La respuesta es, según señalan, “corrupción y cleptocracia”; lo que sería el desarrollo del poder basado en el robo del capital.
El régimen de Nicolás Maduro —y el de Hugo Chávez— han saqueado “las arcas del Estado a escala industrial”. No hay libertad en Venezuela para acceder a cifras, datos e información. Los datos no son confiables; por lo que lo único que se puede hacer es “reconocer la magnitud de la corrupción y analizar algunos de sus principales promotores”.
El artículo recuerda que Venezuela se encuentra en el puesto 166 de 176 países en el Índice de Percepción de Corrupción que elabora la organización Transparencia Internacional.
En tercer lugar, InSight Crime señala, como razón para sostener que Venezuela es un Estado de mafias, la “delegación de poderes estatales a actores irregulares e ilegales”. En este punto se mencionan las bandas paramilitares y cómo el Estado perdió el monopolio de las armas en el país.
Asimismo, están los pranes: “Jefes criminales en el sistema carcelario de Venezuela. Durante la administración de la ministra Iris Varela, el Gobierno ha entregado a los pranes gran parte del control del sistema penitenciario, asumiendo que ellos controlan la violencia y evitan los desórdenes al interior del sistema penitenciario”.
Luego está el “crecimiento exponencial del crimen organizado”. A pesar de que Venezuela no cuenta con una “larga tradición de crimen organizado”, con el régimen chavista asumió una postura que permitió el desarrollo de la delincuencia.
La nota nombra las “zonas de paz”, como política que ha beneficiado directamente al crimen organizado en Venezuela. Al final, las “zonas de paz” se convirtieron en territorios en los que las bandas criminales llegaron a acuerdos con el Estado. En esas zonas no se permitiría la presencia de funcionarios de seguridad del Estado “sin acuerdo previo”.
En quinto lugar, los altos índices de violencia, en general, también ayudan a edificar un verdadero Estado mafioso. Venezuela es, según los índices de homicidios, el país más peligroso de Latinoamérica. Son 89 homicidios por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia.
El año pasado se registraron, al menos, 26.616 homicidios; y a ello se le deben sumar los ejercicios de la denominada Operación de Liberación del Pueblo (OLP). “Estas ofensivas contra la delincuencia emprendidas por el presidente Nicolás Maduro, que busca bajar las descontroladas tasas de delincuencia. Estos operativos se han caracterizado por los altos números de ejecuciones y por acusaciones de operar bajo la premisa de ‘disparar primero y preguntar después'”.
Además, InSight Crime suma la reacción del régimen de Nicolás Maduro a cualquier manifestación cívica en las calles. Se habla también de ejecuciones extrajudiciales, homicidios, asesinatos y represión desmedida durante ejercicios pacíficos de protesta.
El artículo toca el tema de la “exportación de la criminalidad” como sexto punto. Se habla del éxodo masivo y cómo “muchos de estos desposeídos [migrantes en condición de miseria] están siendo reclutados por el crimen organizado”.
“Los mayores reclutadores han sido la mafia colombiana y grupos insurgentes, pero InSight Crime ha hallado en su trabajo de campo a mujeres venezolanas trabajando en servicios sexuales en toda Colombia, incluso en lugares tan distantes como Nariño”.
Y, por último, el artículo menciona la postura de la comunidad internacional frente al país regido por Maduro. En particular de cómo varios países del mundo ven a Venezuela como una amenaza para la estabilidad regional.
Está la denuncia de la embajadora de Estados Unidos, Nikki Haley, de que el venezolano es un “narcoestado”. Además, que Colombia, las Naciones Unidas, Panamá, la Unión Europea, han hablado de los riesgos de las bandas criminales, la corrupción, las ejecuciones en el país, y la falta de legitimidad del régimen.