Solo un comunista como aquel antediluviano “Mr. Nyet”, Viacheslav Molotov, sempiterno canciller soviético al que solo una vez en su vida pública, según cuenta un chiste, se le oyó decir “Sí” en una asamblea de la ONU (y era para corroborar que anteriormente había dicho “No”), puede tener la suficiente cara de piedra como para negar lo que ocurre hoy en Venezuela en materia de Derechos Humanos: persecución de la disidencia, falta de independencia de los poderes, amenazas a la libre expresión y, para rematar el círculo de la dictadura, imposibilidad de decidir por la vía electoral.
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Pero resulta que quienes gobiernan el país en este momento son comunistas de los más duros. Siguiendo la escuela cubana, a cada argumento responden con un insulto; a cada verdad, con una mentira; a cada acusación, con una contraacusación; a cada ONG auténtica, con trayectoria y logros, con una “ONG” inventada por ellos mismos, por supuesto, de maletín y financiada por el régimen chavista.
La discípula más aventajada del curso es Delcy Rodríguez, la canciller, quien no solo copia perfectamente aquella manera de responder de su exhomólogo Rodrigo Malmierca, sino que hasta lo hace… ¡con acento cubano! Es como para que luego hable de “independencia”, y “soberanía”.
Lo anterior viene a cuento porque a partir de hoy y hasta el viernes, se está produciendo el Examen Periódico Universal (EPU) de la Organización de Naciones Unidas, en Ginebra, Suiza. Una evaluación a la que el Gobierno de Nicolás Maduro ha enviado una nutrida comisión de 40 personas (recuerden que estamos hablando de un país en una crisis económica espantosa) encabezada, precisamente, por Malmierca (digo, por Rodríguez), y con “informes” de más de 500 ONGs de maletín, que halagan (porque para alabar hay que tener argumentos) la brillante actuación en materia de Derechos Humanos de un país en el que la gente muere de inanición en las cárceles y de falta de medicamentos en los hospitales; en el que hay al menos 110 presos políticos; y en el que el régimen acaba de dar vacaciones indefinidas a los procesos electorales.
Entre las "ONG" que alaban a Vzla, se encuentran la Asociación Boliviana de Béisbol y la Federación Cubana de Deportes Caninos#EPUVzlaHoy
— Naky Soto (@Naky) November 1, 2016
Hoy le toca hablar a los funcionarios del régimen, y usted podrá ver cada discurso por Telesur, Venezolana de Televisión y los centenares de televisoras y radios del Gobierno; mañana le toca contraargumentar a las ONG (las de verdad) que llevaron un pequeño grupo de sus colaboradores a defender sus informes, presentados hace ya ocho meses. Eso, por supuesto, no lo verá usted en Telesur, ni en VTV ni en ningún medio público (hablando de Libertad de Expresión).
Pero veamos algunos de los argumentos que están presentando los funcionarios del Gobierno (curiosamente, entre los “funcionarios de Gobierno” se encuentran una vicepresidenta del Consejo Nacional Electoral, Sandra Oblitas, y una magistrada del Tribunal Supremo de Justicia, Carmen Zuleta: estos son, supuestamente, funcionarios independientes, del Estado).
Gracias a Dios por Twitter: los periodistas venezolanos que están en Ginebra, acompañando a las ONGs, están divulgando lo más llamativo de los discursos de los voceros del chavismo con la etiqueta #EPUVzlaHoy.
Así, por ejemplo, Oblitas (que ha sido una ficha confesa de Jorge Rodríguez, otro que fue presidente y vicepresidente del CNE y ahora es un altísimo funcionario del Gobierno, y además, según se afirma, el verdadero poder del ente electoral, además de hermano de Delcy, otra prueba de que el régimen venezolano es un asunto de familias), afirma lo siguiente:
La rectora del CNE, Sandra Oblitas, interviene en el #EPUVzlaHoy | "En Venezuela tenemos una democracia vibrante", dijo. pic.twitter.com/hBImsgZQSa
— Gitanjali Wolfermann (@GITIW) November 1, 2016
Por supuesto, Oblitas tratará de esconderle a los 103 países interesados en saber cómo es la cosa en Venezuela que hace menos de dos semanas, y en connivencia con siete oscuros tribunales de primera instancia en lo penal, el organismo del que es vicepresidenta, luego de darle largas al asunto por ocho meses, encontró la manera de desentenderse y suspender el proceso del referendo revocatorio contra Nicolás Maduro, desencadenando, además, una crisis política que amenaza con hacer estallar al país en mil pedazos.
Pero vayamos a otros voceros. Fijémonos, por ejemplo, en Luisana Melo, ministra de Salud. Habla de la cantidad de médicos graduados (contando, por supuesto, a los médicos “integrales comunitarios” truchos y a sin contar a los más de 15.000 médicos de verdad que se han ido del país); nos relata un país idílico que ha pasado de 8.000 a 23.000 centros de salud sin contarnos que la mayoría de los módulos de Barrio Adentro nunca sirvieron o están cerrados; y nos dice que hay “fallas puntuales” de medicinas.
Habla @LuisanaMelo y dice que solo hay fallas puntuales de medicinas. Si claro desde enterogermina hasta retrovirales #EpuVzlaHOY
— El guaro (@luisfcocabezas) November 1, 2016
La ministra Luisana Melo habla en la ONU de un país maravilla en el tema de Salud. #EPUVzlaHoy
— Carlos Guerra (@carllen2010) November 1, 2016
Solo están operativos 800 módulos de los 17.800 de Barrio Adentro que existían, ¿y el resto? https://t.co/EkuQTRPL43 #ObservatorioMisiones
— Transparencia Vzla (@NoMasGuiso) November 1, 2016
Lo mismo aplica al área de Derechos Humanos, en el que han hablado dos funcionarias sin ningún conocimiento del tema, como lo son la ministra de Prisiones, Iris Varela (que obviará, por supuesto, que al menos 10 presos han muerto de inanición en las cárceles) y Blanca Eekhout, una de las funcionarias más intemperantes del chavismo, ahora nombrada ministra de la Mujer, en un país en el que hasta las mujeres embarazadas son víctimas de la furia de los esbirros del régimen:
DOS MENTIROSAS. Blanca Eekhout "se garantizan DDHH de mujeres" y Luisana Melo "garantiza medicamentos" #EPUvzlaHoy pic.twitter.com/nwp2IVf2Ys
— Tw!tterReporterismo జ్ఞా (@BPGINGERENCIA) November 1, 2016
El mundo está claro
Afortunadamente, así como las mentiras del Gobierno no se sostienen ni siquiera en Venezuela, a pesar de que tienen absolutamente amordazados a los grandes medios de comunicación, mucho menos se sostienen en el exterior. La comunidad internacional está clara de lo que pasa en el país que dirige Maduro, y pide, como ha pedido por 13 años (sin que el Gobierno jamás lo apruebe) una visita en sitio de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Así, por ejemplo, Suecia y Suiza manifiestan su preocupación por la falta de alimentos; Irlanda pide protección para los defensores de los Derechos Humanos y para los periodistas; Guatemala pide respetar el debido proceso y el derecho a la manifestación pacífica; y hasta Tailandia pide acabar con la escasez de medicinas.
No puedo cerrar esta nota sin hacer referencia a la exposición Venezuela, un país garante de los derechos humanos. La muestra consta de “19 fotografías acompañadas de un texto alusivo a “los avances del gobierno en la protección y garantía de los derechos humanos”, según señala Jorge Valero, embajador de Venezuela ante los organismos de la ONU en Suiza, un tipo tan recalcitrante (anteriormente fue embajador del chavismo en la OEA, donde tenía mucha más actividad) que haría ruborizar a Molotov.
Por supuesto, Valero niega toda posibilidad de que una comisión de la ONU visite Venezuela, con la excepción de Alfred De Zayas, relator de orden democrático e internacional del organismo. ¿Por qué? Porque este “es un verdadero progresista”, según el tropicalizado Mr. Nyet venezolano.
Corolario
Cuando uno no vive en un país comunista, no entiende lo que dijo Marx sobre la relatividad de la moral. Cuando a uno le toca esta desgracia, lo entiende perfecto. La cúpula que gobierna Venezuela hoy, rodeada de bayonetas y de espaldas al país, es comunista. Es comunista en su ideología y también en su formación, luego de 17 años de asesoría cubana.
Por eso es importante, aparte de lo que podamos hacer nosotros, tener respaldo de la comunidad internacional como lo está mostrando el Examen Periódico Universal de la ONU.
Llegará el día de contar la verdad y desenmascarar la mentira. Estamos cerca, tan cerca como nunca estuvimos.