El gobierno argentino ratificó su “respeto por el proceso institucional” que vive el vecino Brasil, luego de la destitución definitiva de la presidenta Dilma Rousseff por parte del Senado de ese país ocurrida este miércoles.
Rousseff, destituida con 61 votos a favor y 20 en contra, fue sustituida por Michel Temer, quien ejercía la presidencia interina desde que la mandataria fue suspendida y que ahora deberá culminar el período presidencial hasta el 2019.
En un comunicado oficial, el gobierno de Mauricio Macri envió un mensaje institucional a la nueva administración brasileña.
“Ante los sucesos registrados el día de hoy en Brasil, el gobierno argentino manifiesta que respeta el proceso institucional verificado en el hermano país y reafirma su voluntad de continuar por el camino de una real y efectiva integración en el marco del absoluto respeto por los derechos humanos, las instituciones democráticas y el derecho internacional”, dice el comunicado emitido por la Cancillería argentina.
El Ejecutivo señaló que renueva su deseo de continuar trabajando con el gobierno de Brasil “para la resolución de los temas de mutuo interés de las agendas bilateral, regional y multilateral, así como para el fortalecimiento del Mercosur”, dice el texto.
Fuentes oficiales dijeron al diario La Nación que “lo importante es que se termina la incertidumbre y se plantea un interlocutor duradero de cara al futuro”.
Argentina ha mantenido la misma posición institucional hacia la situación de Brasil desde la aprobación del juicio político a la ahora exmandataria en mayo, y ha seguido con preocupación la situación económica del vecino país por el impacto sobre su industria y el comercio.
Con la asunción de Temer este miércoles las relaciones entre Argentina y Brasil entran en una nueva etapa. La última reunión que tuvieron Macri y Temer fue el 5 de agosto en el Palacio Itamaraty con motivo de la inauguración de las Olimpiadas de Río de Janeiro.
La respuesta de Argentina a la destitución de Rousseff se diferencia notablemente de las expresadas por los gobiernos de izquierda de Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Cuba, países que expresaron su enérgico rechazo y hasta retiraron embajadores en Brasil.
La expresidenta argentina, Cristina Kirchner, se refirió a la destitución de Rousseff señalando que se trata de un “golpe institucional”.
“América del Sur otra vez laboratorio de la derecha más extrema. Nuestro corazón junto al pueblo brasileño, Dilma, Lula y los compañeros del PT (Partido de los Trabajadores). Se consumó en Brasil el golpe institucional: Nueva forma de violentar la soberanía popular”, expresó la exmandataria a través de su cuenta de Twitter.
Fuente: La Nación, Télam.