En medio de acusaciones de corrupción y una cita en tribunales el 2o de octubre para rendir indagatoria por el manejo de la obra pública, la exmandataria argentina Cristina Kirchner intenta mostrase como líder de una parte de la oposición argentina.
Kirchner aprovecha cada acto público para resaltar los desaciertos del Gobierno de Mauricio Macri, destacar que es víctima de persecución política y judicial, y llamar a sus militantes a unirse para construir “una nueva mayoría”.
Este jueves la exmandataria acudió a un acto público con los militantes k más radicales, en el que propuso una reforma a la Constitución nacional “para cambiar las relaciones de fuerza en la Argentina”.
“Necesitamos rediscutir las relaciones de fuerza y el modelo de país. Con la actual constitución hay un desequilibrio en la relación de fuerzas entre ciudadanos y corporaciones”, dijo Kirchner.
La exmandataria señaló que en Ecuador se aprobó una reforma que impide a privados dedicarse a varios tipos de actividad económica al mismo tiempo.
“Allá, el que tiene un medio de comunicación no puede ejercer ninguna otra actividad que no sea ésa. Alguien que es banquero, se dedica a eso y nada más”, detalló la mandataria, quien recientemente se reunió con el presidente ecuatoriano Rafael Correa y fue condecorada por el Parlamento de ese país.
“El mundo está pidiendo una reformulación de las relaciones de poder”, insistió.
La exmandataria señaló que con el Gobierno de Macri el país va rumbo “al desastre social” y no perdió oportunidad para subrayar las “mejores” condiciones en las que, según su criterio, estaban los trabajadores durante los gobiernos kirchneristas.
“Este ajuste va a provocar muchas tragedias. La inseguridad en la Capital y en la provincia de Buenos Aires alcanzó proporciones dantescas. La gente no puede salir a la calle, porque le roban cuando va camino al almacén”, comentó la expresidenta.
Insistió en la construcción de una “nueva mayoría” para combatir el modelo económico del Gobierno de Macri. “No voy a tener una sola actitud que obstaculice la construcción de ese frente, que es lo más importante”, dijo a los militantes.
La exmandataria también le habló a sectores de la oposición peronista que se distanciaron del kirchnerismo y de su persona: “Les pido que se despojen de las mezquindades. Abandonen el patrón de conducta de lo políticamente correcto”.
Cristina Kirchner pronunció su discurso en un acto organizado por los kirchneristas más radicales, en el que se conmemoraban los cien años del inicio del gobierno del expresidente argentino Hipólito Yrigoyen, quien perteneció al partido Unión Cívica Radical (UCR).
La exmandataria recibió críticas por haberse colocado durante el acto una boina blanca, símbolo del partido UCR. “La expresidente con boina blanca es un robo más del kirchnerismo”, dijo el presidente del Comité Nacional de la UCR, José Corral.
“No podemos más que repudiar el uso de nuestros símbolos partidarios por parte de un grupo de indecentes que quieren apropiarse ilegítimamente de nuestra historia”, disparó el presidente de la UCR.
Este partido pertenece actualmente a la coalición de fuerzas (Cambiemos) que llevó a Mauricio Macri al poder.