La complicada situación judicial que atraviesa la familia Kirchner, agobiada con causas por corrupción, parece haber hecho mella en los hoteles que poseen en la provincia de Santa Cruz, al sur del país, hoy deteriorados y con muy poca ocupación.
Los hoteles de la exmandataria Cristina Kirchner, que forman parte de la oferta turística de El Calafate, están bajo sospecha de ser usados para el cobro de “retornos” (coimas) de empresarios amigos, entre ellos Lázaro Báez, detenido desde abril por lavado de dinero.
Esta temporada sólo dos de los cuatro hoteles de la expresidenta abrieron sus puertas. El diario Clarín detalla en una nota publicada este martes que el hotel boutique Los Sauces, “el más llamativo de todos por su exclusividad y concepto”, permanece cerrado. La basura se acumula en sus jardines y su acceso principal, una tranquera de madera, está cerrada con cadena y candado.
Alojarse en una de las 42 suits de Los sauces costaba USD$ 400 por noche. La ampliación del lugar se hizo sobre un terreno de Austral Construcciones, empresa insignia de Báez.
Las Dunas, una hostería que perteneció a Báez y que después vendió a Kirchner, pasó de tener doce habitaciones a convertirse en un hotel cuatro estrellas con 40 habitaciones cuyo principal atractivo es la vista al Lago Argentino.
Clarín detalla que Las Dunas ya no tiene el “estilo patagónico” que le gustaba a la exmandataria, no ofrece calidez en sus habitaciones y ambientes y tiene un comedor que prácticamente no se usa. La oferta gastronómica no atrae, admite uno de los responsables del lugar: “Comen poco acá los turistas, hoy (por ser sábado) estamos esperando que lleguen al menos 30 turistas”.
Alojarse en Las Dunas, administrado por un exsocio de Máximo Kirchner (hijo de Cristina Kirchner), cuesta de AR$ 2.300 (USD$ 149,32) a AR$ 4.313 (USD$ 280).
Según las denuncias de la diputada nacional Margarita Stolbizer, Báez pagó AR$ 3,2 millones (USD$ 207.744) en “alquiler” entre 2010 y 2011 a la exmandataria. Stolbizer señala que la suma era el retorno que la familia K recibía por favorecer a Báez con la obra pública.
El más imponente de los hoteles K es el Alto Calafate, investigado por lavado de dinero. Este hotel cuatro estrellas está bajo la lupa por contratos con Aerolíneas Argentinas (USD$ 5 millones desde 2007 a 2015) y por las habitaciones que “alquiló” a Báez por AR$ 14 millones (USD$ 908.880).
Clarín señala que las paredes lucen despintadas, la madera está corroída, en algunas de sus habitaciones el empapelado está roto y hay alfombras manchadas. En el lobby sólo hay un local que expone algunos souvenirs y lleva el registro de las ventas con una computadora de “Conectar Igualdad”, las que repartía la Administración Nacional de Servicios Sociales (Anses) durante el gobierno kirchnerista.
“Hasta hace poco la ocupación no superaba el 30 %, ahora esperamos dos contingentes de italianos”, contó a Clarín una de las empleadas con más de ocho años trabajando en el hotel.
La habitación más económica en el Alto Calafate cuesta AR$ 3.911 (USD$ 253,90) y la más costosa AR$ 6.652 (USD$ 431,85). Clarín destaca que los administradores del hotel “se esperanzan” con llenarlo durante los próximos meses.
Fuente: Clarín.