De acuerdo con una encuesta publicada por Datanálisis, 78,5 % de los venezolanos reprueban la gestión del mandatario de Venezuela, lo que significa que en relación con el mes de octubre cayó 19,5 %.
Desde que asumió como presidente hace tres años la popularidad de Maduro ha perdido terreno a medida que la crisis económica empeora con el desplome de los precios del crudo, fuente principal de ingresos en divisas del país.
A esto se suma la elevada escasez de productos y alimentos básicos, así como también la mayor inflación del mundo y los sueldos más bajos de la Región.
Maduro atribuye los problemas del país a una supuesta “guerra económica” orquestada por la oposición que, dice, busca sembrar el caos para finalmente derrocarlo.
Ante esta situación en la que Maduro se ve acorralado por su alta desaprobación, buscó la manera de evitar que se llevara a cabo un referendo revocatorio en su contra.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Consejo Nacional Electoral (CNE) “trabajaron” en conjunto para “asesinar” el referendo este 2016; lo que implicaba la salida inmediata del mandatario.
Tras conocer su vulnerabilidad en el poder al no contar con la mayoría del apoyo popular, Nicolás Maduro ha recrudecido su perfil dictatorial, pues ha manifestado a viva voz que “Ni con votos ni con balas” volverá la oposición llegar a la Presidencia.
A pesar de dicha actitud y de que ha perdido respaldo, la oposición venezolana representada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) accedió a participar en un diálogo con el régimen, mediado tanto por El Vaticano, como por la Unasur.
En la mesa de negociación hasta ahora la oposición ha cumplido con lo acordado, mientras que el chavismo solo ha liberado a ocho presos políticos de 114.
Fuente: Reuters