Una vez más a Venezuela le es bajada su nota crediticia tras caer en “incumplimiento de pago” de su deuda externa. La agencia de calificación financiera Moody’s rebajó la calificación de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) por el “incumplimiento” en el pago de intereses de bonos de deuda. La nota de PDVSA bajó a ‘Ca’ —operaciones de deuda altamente especulativas con señales de posible default— desde ‘Caa3′ —riesgo crediticio—.
Para Moody’s hay señales que dejarían ver que PDVSA podría caer en un posible default debido a que no ha pagado aún USD $1.169 millones en capital por bonos 2017.
La información la dio a conocer en un comunicado Nymia Almeida, vicepresidenta senior de Crédito de Moody’s, este lunes 6 de noviembre.
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— Reuters Latam (@ReutersLatam) November 7, 2017
La decisión de rebajar la nota se produjo pese a que el Gobierno venezolano anunció que se había comenzado a ejecutar el pago del bono 2017 de PDVSA, pues no anunció la cancelación de los intereses adeudados.
Almeida agregó que la decisión se da también “por la significativa tensión financiera de la compañía, que se deriva de su limitada capacidad para generar efectivo para cumplir obligaciones de corto plazo y financiar suficientes inversiones para sostener la producción y la calidad de activos”.
Y es que el pasado jueves Nicolás Maduro afirmó que buscará renegociar la deuda externa del país, estimada en unos USD $150.000 millones. Maduro habló de “un refinanciamiento y una reestructuración de la deuda externa y todos los pagos de Venezuela”, sin especificar qué mecanismos usará.
Aunque técnicamente no hay un default porque Venezuela no ha anunciado que dejará de pagar, que el régimen de Maduro anuncie una “reestructuración de la deuda” puede significar una declaración de moratoria. De acuerdo con Maduro, el pago será hecho a primera hora del viernes y corresponde a la última amortización del bono 2017 de PDVSA.
Venezuela deberá cancelar, en lo que resta del año, entre USD $1.400 y USD $1.800 millones por intereses de deuda de la república y de PDVSA, además de rendimientos pendientes que debió pagar en octubre y tienen un período de gracia de 30 días.
La prioridad de Maduro es mantenerse solvente en el exterior, pero provocará que la escasez de bienes empeore en una nación que ya sufre una profunda recesión e hiperinflación.
Economistas como Ricardo Hausmann han hecho un llamado al Gobierno a que no pague la deuda y utilice los recursos para importar alimentos y medicinas; de ser así, los inversionistas tomarían control de Citgo y, posiblemente, de todos los cargueros petroleros venezolanos.
Fuentes: El Estímulo, El Comercio.