Aunque en principio quienes dejaban su país lo hacían con una planificación previa y con algo de dólares en sus bolsillos, con el pasar del tiempo ha empeorado la crisis en Venezuela y la situación de los migrantes venezolanos.
Del país suramericano no solo están saliendo profesionales con grandes capacidades, sino también venezolanos de los estratos más bajos; desde personas sin educación hasta delincuentes dispuestos “a todo“.
El reciente estudio sobre la diáspora venezolana presentado por la conocida encuestadora “Consultores 21” arrojó la alarmante cifra de que más de 4 millones de venezolanos han logrado emigrar.
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Milos Alcalay, exembajador de Venezuela en la ONU, expresó en su artículo publicado en Runrunes que tras tres primeras olas de emigración conformadas por empresarios, profesionales y técnicos; el mundo enfrenta hoy una “cuarta ola” de migrantes venezolanos enmarcada en los sectores más pobres.
Hoy, nos encontramos ante una cuarta ola de emigración en la que sectores pobres escapan de una penuria invivible que a pesar de la riqueza de Venezuela, el hambre, la enfermedad y la desesperación han hecho que millares de compatriotas escapen evadiendo la nueva cortina de hierro y colmen las zonas fronterizas de indigentes, desplazados o marginados.
Mentalidad cómoda
El pasado 26 de enero circuló, a través de las redes sociales, un video que deja en evidencia la “emergencia” causada por una migración descontrolada; un video que también expuso lo peor de algunos venezolanos, sobretodo de aquéllos que esperan recibir beneficios “regalados” o sin méritos; esa mentalidad cómoda sembrada por el populismo de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro.
Todo surgió cuando habitantes del barrio Sevilla, en Cúcuta, Colombia iniciaron una protesta masiva que incluyó el bloqueo de vías, por la llegada de aproximadamente 900 venezolanos a esa parte de la ciudad.
Los migrantes instalaron campamentos en el polideportivo de la zona al que, incluso, bautizaron como “Hotel Caracas”.
Las autoridades se vieron obligadas a tomar el control y a deportar a venezolanos sin identificación; situación que causó una reacción deplorable por parte de los “invasores”.
“Desalojamos las canchas si nos buscan una solución”; fue el testimonio de uno de los migrantes. Otra venezolana exigió “una vivienda digna” en Colombia.
Estos migrantes venezolanos dejaron su país y cruzaron la frontera sin dinero en sus bolsillos, decidieron invadir, amenazar y tomar por la fuerza una cancha deportiva alegando que en Venezuela no hay solución.
Mientras Nicolás Maduro se “lava las manos” y no busca soluciones a la crisis humanitaria, son miles los migrantes dipuestos no solo a prostituirse sino también a delinquir.
Colectivos y delincuentes también buscan emigrar
La Fundación venezolana Redes reveló a RCN que la guerrilla del ELN estaría ” manejando subsidios alimenticios en la frontera con Venezuela, y otorgando incentivos a jóvenes venezolanos para que se unan a sus filas”.
El medio de comunicación colombiano Caracol también informó en un reportaje que adentro de estos venezolanos que se encuentran en Cúcuta, hay miembros de colectivos chavistas que decidieron migrar.
Se trata de civiles armados por el oficialismo, que en Venezuela cometían fechorías y que ahora tras la grave crisis económica, sanitaria y humanitaria; el dinero que les ofrece el chavismo ya no es suficiente. Pareciera entonces que el país suramericano también está exportando a criminales.
Y es que con la devaluación del bolívar en Venezuela, sumado al aumento de la criminalidad y la violencia, ha surgido una nueva hipótesis ante la migración masiva de venezolanos.
A PanAm Post llegó la información de que delincuentes en el país gobernado por Nicolás Maduro, han optado por cometer fechorías como robos y secuestros con la meta de emigrar.
Una fuente señaló que venezolanos deciden robar automóviles, venderlos en Venezuela y con el dinero obtenido, salir del país.
La noticia no sería una sopresa, pues desde hace un tiempo, se conoce que hasta la “industria” de los secuestros se convirtió en un negocio con “ganancias” en divisas; así lo reportó el Diario El Mundo con la afirmación de que “las bandas exigen que los rescates se paguen en dólares”.
El punto principal es que los venezolanos están saliendo de su país cada día en peores condiciones, muchos deciden guardar su ropa en un bolso y emigrar con los bolsillos vacíos. Otros solo pueden ahorrar hasta US$ 500 y solo con esa cantidad buscan llegar a países como Ecuador, Perú o Chile.
Duermen en las plazas, se prostituyen, se alimentan solo con pan y así emprenden una “aventura” en las peores condiciones.
Los países de la región deberían prepararse ante un éxodo de venezolanos sin precedentes. El reconocido periodista Andrés Oppenheimer se refirió a este fenómeno como una “crisis migratoria continental” que se agravará.
En su columna Oppenheimer hace un llamado a seguir presionando al régimen de Nicolás Maduro con sanciones que permitan un cambio de rumbo en Venezuela, y advierte que de no hacerlo habrá una “crisis de refugiados mayor a la que ya existe”.