Se cumple un año del plebiscito opositor en Venezuela. Una jornada sin precedentes que terminaría de hundir a los principales partidos políticos de oposición. El 16 de julio de 2017 dejó en evidencia las debilidades de una disidencia desunida y temerosa ante el régimen de Nicolás Maduro.
“Fue el principio del fin”, aseveró Jorge Tricás, politólogo y catedrático de la Universidad Católica Andrés Bello. El analista señaló para el PanAm Post que ese plebiscito fue “el verdadero fracaso de la MUD”, porque con él “se dejó de luchar en las calles y se abandonó la lucha por la democracia”.
“El plebiscito fue una figura evasiva a una batalla que estaba en las calles, fue el verdadero fracaso de la MUD (…) la oposición planteó una lucha utópica que no pudo cumplir por miedo y por el interés de mantenerse como una oposición oficialista”, señaló.
La jornada del 16 de julio de 2017 fue uno de los actos de desobediencia civil más relevantes de la Venezuela contemporánea frente a la dictadura chavista, donde sin apoyo del Consejo Nacional Electoral (CNE), la oposición venezolana, representada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), organizó una consulta popular en la que los venezolanos le ordenaron a la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, reinstaurar la democracia y establecer el nombramiento de nuevas autoridades de los diferentes poderes, entre otras cosas.
Además se ordenaba desconocer la ilegítima Asamblea Nacional Contituyente y exigirle a la Fuerza Armada de Venezuela obedecer y defender la Constitución.
Fueron más de siete millones de venezolanos los que acudieron al llamado de la oposición, casi dos millones más que los que supuestamente votaron por Nicolás Maduro en el reciente fraude electoral. Sin embargo, a pesar de ser una cifra histórica, el mandato no se cumplió y quedó en el olvido.
Solo la líder opositora María Corina Machado no ha dejado de insistir en que el camino para recuperar la democracia en Venezuela debe ser seguir el mandato del plebiscito. No obstante, la AN ha hecho caso omiso; muchos aseguran que por miedo a represalias del régimen, y otros consideran que por seguirle el juego al oficialismo.
Ni falsos diálogos, ni fraudulentas elecciones; Venezuela habló claro el #16Jul: no más dictadura y Transición. #El16JEstáVigente pic.twitter.com/ouuu8drkgw
— Prensa María Corina (@PrensaMCM) July 16, 2018
En una entrevista exclusiva para el PanAm Post Machado aseveró que en Venezuela se dieron “dos quiebres”: uno el pasado 16 de julio de 2017, día del plebiscito opositor, y otro el pasado 20 de mayo, día del fraude electoral donde Maduro proclamó su reelección como presidente.
“Fue un quiebre, con el régimen y con una forma de hacer política de la llamada oposición. Y hoy la sociedad está totalmente clara. Yo estoy dedicada a plantearle a todos los venezolanos, independientemente de sus posiciones ideológicas, un reencuentro para la lucha democrática. A través de una política que fue el mandato del 16 de julio”, señaló.
Machado, que sigue respaldando el mandato del 16 de julio, es hoy la política con mayor credibilidad y aceptación en Venezuela, pues se ha mantenido firme en sus ideas por recuperar la democracia.
Entonces, un año después del plebiscito opositor del 16 de julio, la oposición venezolana se encuentra en su peor momento, dividida y sin un rumbo claro para luchar contra la dictadura de Maduro; entre tanto la crisis se incrementa cada vez más con la inflación más alta del mundo, los salarios más bajos de la región y una escasez de alimentos y medicamentos única en su historia.
Decepción y “entierro” de la MUD
Hasta el 16 de julio de 2017 el pueblo venezolano creyó firmemente en la MUD, pero a partir de allí al ser testigos de que su mandato fue ignorado, se fue decretando la “muerte” de la coalición opositora.
Se suponía que a raíz de los resultados de la consulta, iniciaría en Venezuela la denominada «Hora cero» que nunca se dio, y que solo terminó de sepultar las protestas en las calles contra el régimen de Maduro.
No cumplir con el mandato del plebiscito resultó contraproducente impactando la credibilidad de la MUD. La coalición opositora tenía el 53,4 % de aceptación para el momento de la consulta popular, pero luego de ello descendió hasta perder casi treinta puntos porcentuales.
En una entrevista para el portal web El Pitazo, el profesor universitario y director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, afirmó que “fue debut y despedida”, agregó que el plebiscito “debió haber sido el primer paso de una estrategia de escalamiento del conflicto con el Gobierno”.
Alarcón explica que, desde su perspectiva, la oposición cometió un error al no ejecutarse por completo lo establecido en el plebiscito, pues ya la AN “adquiría el compromiso de cumplir con la respuesta”. Asegura que “debía existir tanto la capacidad como la disposición para sacar ese mandato adelante”.
Por su parte,Jorge Tricás considera que la AN “no tuvo cojones” para cumplir lo que prometió: “Todos se autoengañaron a conveniencia y por miedo”, sentenció.
Y es que los intentos de cumplir mermaron después de que la AN designara 13 magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y de ello resultara la persecución por parte del régimen que obligó a los nombrados a emigrar de Venezuela e instalar una sede paralela al TSJ en Panamá.
A raíz de lo anterior, la AN, presidida por Julio Borges, decidió no continuar con el mandato del plebiscito y dejó en el olvido la voluntad de más de siete millones de venezolanos.
Henry Ramos Allup la “clave”
Un año después del plebiscito muchas cosas quedaron en evidencia, pues tras ignorar el mandato del 16 de julio no solo Maduro instaló una ilegítima y chavista Asamblea Constituyente, sino que además inició un diálogo político en República Dominicana que una vez más resultó infructuoso. A eso se suman las elecciones regionales donde los “ganadores” de oposición decidieron juramentarse ante el chavismo para poder asumir las gobernaciones.
“Decidieron hacer el plebiscito para ilusionar a los venezolanos y para luego enfocarse en unas elecciones a gobernadores donde el partido Acción Democrática (de Henry Ramos Allup) fue el único que resultó políticamente beneficiado”, señaló Tricás.
Pero “atando cabos” hay que recordar el papel fundamental que jugó Ramos Allup en la decisión de no cumplir con lo acordado en el plebiscito. Fue él quien en una reunión a puerta cerrada habría asumido no continuar con el nombramiento de un nuevo Gobierno para evitar más detenciones. En esa oportunidad Ramos aseveró que tenían que enfocarse en los próximos comicios.
Y así fue. Se llevaron a cabo unas elecciones donde posteriormente se conoció que habría existido una negociaón entre el chavismo y el partido Acción Democrática.
Fue Ramos Allup, secretario general de AD, el primer dirigente de la MUD que anunció su intención de participar en las elecciones regionales, y fue él mismo quien dijo que ningún gobernador electo tendría que juramentarse ante la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente.
De los cinco candidatos opositores electos, cuatro de ellos son miembros de AD y decidieron incumplir la promesa que hicieron en campaña de no subordinarse al chavismo. Horas después de conocerse los resultados, viajaron a Caracas para prestar juramento ante el organismo ilegítimo.
Pero todas estas inquietudes se empezaron a disipar cuando el propio exgobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, señaló a Ramos Allup como el “candidato del chavismo“.
“A Ramos Allup se le metió en la cabeza que él podía ser candidato presidencial. Yo lo digo con claridad, porque es un secreto a voces. Ese es el candidato de Maduro. Siempre ha estado saboteando. Ahora se entienden muchas cosas del pasado. Se entiende por qué fracasó el referendo revocatorio”, dijo Capriles Radonski.
El militante de Primero Justicia responsabilizó al líder de Acción Democrática del fracaso de otros procesos, así como de la dilación de los debates en el Parlamento.