
Donald Trump busca afianzar alianzas políticas y diplomáticas con naciones caribeñas que hasta hace poco se inclinaban a favor de la dictadura de Nicolás Maduro y que hoy han preferido tomar distancia de ella.
El mandatario estadounidense se reunirá con los presidentes de Bahamas, República Dominicana, Haití, Jamaica y Santa Lucía para hablar sobre la crisis que enfrenta Venezuela.
Reuniones en la OEA, conversaciones de Trump con mandatarios del Caribe y acciones en diferentes centros aumentarán presión sobre el eje Habana, Managua, Caracas.
— Leopoldo Castillo (@elcitizen) March 20, 2019
“La reunión del presidente Trump con los líderes del Caribe reafirmará nuestra fuerte amistad y compromiso con estos países (…) y se discutirán oportunidades potenciales para la inversión energética”, dijo la secretaría de Prensa.
En la reunión en el resort “Mar-a-Lago” en West Palm Beach, Florida, el presidente Trump aprovechará “la oportunidad de agradecer a estos países su apoyo por la paz y la democracia en Venezuela”, detalló el comunicado.
El Gobierno de Trump está aumentando sus esfuerzos contra el avance del socialismo en la región y ha prometido mano dura contra las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
🇺🇸 #EEUU: Donald #Trump recibirá en Mar-a-Lago, su mansión en #Florida, a los líderes de cinco países caribeños con los que abordará, entre otros temas, la crisis en Venezuela. (few) https://t.co/ITgRq1Pz42
— DW Español (@dw_espanol) March 20, 2019
Las islas del Caribe han sido, durante años, beneficiarias de subsidios petroleros del régimen chavista a través de la alianza energética llamada Petrocaribe, cuyos aportes han mermado significativamente en medio de la debacle económica de Venezuela y la caída de su producción de crudo.
Haití y República Dominicana, antiguos aliados del chavismo, rompieron filas y se unieron a Bahamas y en su apoyo a Juan Guaidó; mientras Santa Lucía y Jamaica aún optan por promover el diálogo, un recurso ya agotado por la oposición venezolana y que no ha traído buenos resultados para el país suramericano.
Y es que a medida que Nicolás Maduro no ha podido cumplir con los acuerdos petroleros de Petrocaribe, también va perdiendo el respaldo político y diplomático de aquéllos países que algún día apoyaron al chavismo.
Fue en 2005 cuando Hugo Chávez logró un acuerdo energético mediante el cual los países miembros importaban crudo venezolano en condiciones y precios preferenciales. La iniciativa surgió no solo para “ayudar” a los países del Caribe, sino también para recibir apoyo y votos a favor del socialismo en organismos internacionales.
Petrocaribe se creó por puras razones políticas, como herramienta efectiva de influencia y de ganarse lealtades de unos países, en su mayoría islas, de economías pequeñas y precarias, siempre dependientes de otros países mayores para su subsistencia y desarrollo.
En un artículo de opinión para el PanAm Post, la politóloga María Teresa Romero, actual embajadora de Guaidó en Panamá, señaló que tanto Petrocarible como la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) “se convirtieron en punta de lanza de la petrodiplomacia con la que el chavismo logró varios triunfos políticos internacionales, entre ellos votos en organismos multilaterales”.
“Producto de esa diplomacia petrolera, por ejemplo, la OEA aún no logra los votos suficientes para la aplicación de la Carta Democrática Interamericana al régimen venezolano. Varios países caribeños y otros latinoamericanos que funcionan como sucursales del proyecto castrochavista regional lo impiden”, señaló en aquel momento.
Sin embargo, poco a poco la dictadura en Venezuela pierde respaldo de los países de la región y para ello Trump aprovecha los espacios y los busca como aliados. Una medida con la que pretende acelerar aún más la caída de Maduro.
En 2018, el Gobierno de Trump se comprometió con países del Caribe, como Jamaica, para apoyarlos ante la posibilidad de que Venezuela no pudiera cumplirles con el envío de crudo. La estrategia era “seducir” a los países del Caribe para aislar a la dictadura. Es por esto que producto de esta reunión podría ser un cambio de posición de estos países a favor de la democracia y de una rápida salida de Maduro del poder.