La decisión que tomó Estados Unidos de suspender los vuelos desde y hacia Venezuela podría tener relación con los conflictos internacionales que vinculan a Iran, Hezbolá, y sus “tentáculos” en el país suramericano.
Joseph Humire, experto en seguridad hemisférica y director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura con base en Washington DC, señaló al PanAm Post que tanto el Departamento de Transporte como el Departamento de Seguridad Interior consideraron suspender los vuelos no solo por la situación “impredecible” de Venezuela sino también por las relaciones que Nicolás Maduro mantiene con Rusia, Cuba, China, Irán y el grupo terrorista Hezbolá.
El especialista en seguridad hemisférica señaló que hay tres puntos a tomar en cuenta: la crisis en Venezuela, el conflicto con “enemigos externos” y la obligación de proteger a los ciudadanos estadounidenses
“La situación en Venezuela es impredecible, es una crisis que muy rápidamente se está volviendo un conflicto que no solo es interno entre Maduro y el presidente Juan Guaidó, sino también un conflicto entre los países que apoyan a la dictadura como Rusia, Cuba, China e Irán y los países democráticos que son más de 55”, señaló.
“Es impredecible saber qué va a pasar y qué van a hacer estos factores, por lo tanto yo creo que es prudente cancelar los vuelos que pueden poner en riesgo a los ciudadanos”, agregó Humire.
Para Humire no se deben separar las acciones que el gobierno estadounidense está tomando con Venezuela, con las acciones que está tomando en otras partes del mundo como en Irak donde también redujo el cuerpo diplomático.
Resaltó que entre Cuba, Rusia, Hezboláh y China se está creando una alianza para generar conflictos que provoquen una presunta guerra con Estados Unidos.
“En Washington se está hablando mucho de si va a haber una guerra con Irán y ante esto, Estados Unidos tiene que preveer, porque Irán también opera desde Venezuela. Podría ser que esta acción se esta tomando tras un análisis de riesgo internacional”,dijo.
“Lo que estamos viendo es que la solución para Venezuela no va a llegar rápido, y Estados Unidos debe proteger a los ciudadanos y protegerse de cualquier acción por parte de enemigos”, sentenció.
Irán y Venezuela se convirtieron en una amenaza
El enfrentamiento que Estados Unidos mantiene con Irán parece estar a punto de ebullición. El pasado 10 de mayo, el Pentágono señaló que enviaría un barco naval y un interceptor de misiles Patriot al Medio Oriente, además de un envío previo de un grupo de portaviones y bombarderos, debido a amenazas potenciales de Irán o de las milicias árabes aliadas.
Ese enfrentamiento se gestó desde que Trump decidió hace un año salir del acuerdo nuclear con Irán. Teherán anunció una retirada parcial propia a principios de mayo, y amenazó con continuar la producción de combustible nuclear a menos que Europa actúe para socavar las sanciones estadounidenses que han devastado los ingresos petroleros de Irán.
A esto se suma las denuncias de que presuntamente tropas iraníes estarían en Venezuela. el Centro Simón Wiesenthal, la reconocida organización israelí pro derechos humanos, dirigió una carta al Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, para que actúe en la prevención del “trasplante del Medio Oriente a las Américas”.
La organización se refiere al ofrecimiento que hizo la República Islámica de Irán de enviar a Venezuela miembros de su Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés), recientemente designada como una organización terrorista por Estados Unidos, según información de Infobae.
Aunque ninguna fuente del régimen iraní ni del venezolano han confirmado oficial y públicamente este ofrecimiento, la propuesta coincide con la inauguración el pasado 8 de abril de un vuelo directo entre Teherán y Caracas por medio de la aerolínea iraní, Mahan Air, como parte de los acuerdos bilaterales entre Irán y Venezuela.
De acuerdo con investigaciones, Mahan Air es controlada por IRGC, y además la aerolínea es conocida como medio de transporte de armas. De hecho, países como Alemania y Francia prohibieron sus vuelos, mientras que Estados Unidos la sancionó en 2011.
Hezbolá y Venezuela
Y es que los regímenes de Chávez y Maduro también han respaldado las operaciones del los iraníes y el Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
Estados Unidos ha emitido decenas de informes en los que advierte que el país suramericano se ha convertido en una amenaza para la seguridad de la región, tras conocerse las alianzas y cooperaciones por parte del Poder Ejecutivo de Venezuela y líderes del grupo terrorista islámico.
Hezbolá, cuya traducción sería “El partido de Dios”, es una organización que nació en el Líbano en 1982 tras la ocupación israelí, que cuenta con un brazo político y otro armado, y funciona con el respaldo de Irán y del Gobierno sirio de Bashar Al Assad, actuales aliados y amigos del régimen chavista-madurista. Hezbolá es considerado como un grupo terrorista por la mayoría de los países occidentales.
En el libro Búmeran Chávez se revela, de acuerdo con testimonio de Rafael Isea, entonces viceministro de Finanzas y presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes), quien estuvo presente en la reunión que se realizó en Damasco en el año 2007, entre Maduro, para entonces ministro de Relaciones Exteriores, y el jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en la que se firmó un pacto que amparaba actividades de narcotráfico, blanqueo de dinero, suministro de armas y entrega de pasaportes, así como el despliegue de células de esa organización radical chiita en Venezuela.
Pero hay más pruebas de que el chavismo ha decidido aliarse con el grupo terrorista. Un reportaje del diario ABC de España reveló, en mayo de este año, que entre 2008 y 2012, aproximadamente 173 individuos provenientes de Siria, Líbano, Jordania, Irak e Irán se registraron como ciudadanos venezolanos para facilitar su participación en el negocio del narcotráfico y ayudar en el transporte de la droga.
En 2015 un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), identificado como Misael López Soto, quien supuestamente fue consejero de la embajada venezolana en Irak, confesó que fue testigo de que el Gobierno venezolano entregó documentos diplomáticos a terroristas del Medio Oriente.
López explicó en un video que empleados de la embajada venden visas, pasaportes, cédulas de identidad y certificados de nacimiento venezolanos a personas de Siria, Palestina, Irak y Pakistán que pagan entre USD $5.000 y USD $15.000 para obtener los documentos “bajo la mirada complaciente de las autoridades diplomáticas venezolanas”.
Las declaraciones de López Soto coinciden con las capturas de ciudadanos a quienes se les han encontrado pasaportes venezolanos.
En 2003 fue detenido Hasil Mohammed Rahaham-Alan, quien viajaba con un presunto pasaporte venezolano, llegó en un vuelo de British Airways al aeropuerto de Heathrow, que sirve a la ciudad de Londres.
Su vuelo partió de Caracas e hizo escalas en Colombia y Barbados. Con él llevaba una granada en su equipaje, lo que ameritó la evacuación del terminal y el movimiento de militares.
En 2008 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, emitió un comunicado en el que aseguró que “es extremadamente preocupante ver que el Gobierno de Venezuela emplea y provee refugio a facilitadores y recaudadores de fondos de Hezbolá”.
Esto porque Ghazi Nasr al Din (cédula de identidad núm. 18.190.527), quien estuvo solicitado por la Interpol, sirvió, supuestamente, como encargado de Negocios de la Embajada de Venezuela en Damasco, Siria, y posteriormente fue nombrado Director de Aspectos Políticos de la Embajada de Venezuela en el Líbano. Actualmente aparece en el Consejo Nacional Electoral como elector desde Damasco en Siria.
Según la revista brasileña Veja, fuentes declararon en 2015 que Nasr al Din presuntamente mantenía una red de fabricación y distribución de pasaportes venezolanos auténticos que eran proporcionados para ocultar las verdaderas identidades de los terroristas.
El Centro para una Sociedad Libre Segura (SFS, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, publicó en 2014 un trabajo titulado: Canadá en guardia: evaluando la amenaza de Irán, Venezuela y Cuba a la seguridad inmigratoria; allí los autores aseguran que Venezuela emitió al menos 173 pasaportes venezolanos a islamistas radicales que buscaban entrar a Norteamérica.
Los autores de este informe, Victoria Henderson, directora general del Instituto de Canadá de Análisis Social y Económico (ISEA); Fernando Menéndez, investigador del SFS y Joseph Humire, director del SFS, vinculan a Tareck El Aissami, quien estuvo al frente del Ministerio de Interior entre 2008 y 2012, y presuntamente habría creado una red de lavado de dinero para encubrir el financiamiento a grupos extremistas del Medio Oriente. Además, aseguran que durante años El Aissami ha estado ingresando terroristas iraníes a Venezuela.