Ya son varios los países que, ante la imposibilidad de salir de una crisis económica con moneda devaluada y cero confianza inversionista, deciden apostar a la dolarización. Ecuador, El Salvador y Panamá son algunos ejemplos del éxito de esta medida. Mantener una buena disciplina monetaria no parece ser el fuerte de los políticos y es que, evidentemente, monetizar déficits y seguir gastando aunque las cuentas no den es el sueño de cualquier burócrata.
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En ese sentido, la dolarización se presenta como una manera de limitar los impulsos derrochadores del político de turno. Sin la posibilidad de manejar el dinero circulante a su antojo, los gobiernos deben ajustarse a lo que se logre recaudar mediante impuestos y no pueden intentar devaluar la moneda, bajo la excusa de pretender aumentar las exportaciones o financiar proyectos sociales, mientras que empobrecen a todo el pueblo.
Dolarizar es, sin duda, una medida que ayuda a economías en crisis y con problemas de disciplina monetaria, sin embargo, y yendo más allá, lo que muchos liberales quisiéramos es que haya competencia de monedas y que cada quien pudiese elegir el dinero que considera más confiable.
En nuestro podcast de hoy, con Adrián Ravier, doctor en economía y especialista en política monetaria y ciclos económicos, hablamos de por qué la dolarización es una salida para aquellas economías sin disciplina monetaria. También conversamos de la conveniencia de permitir que los individuos utilicen el dinero en el que más confían y, además, explicamos por qué la necesidad de volver al patrón oro.
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