Fernando Nogales es quizá uno de los académicos de habla hispana más seguido por los liberales que son conservadores en el campo cultural. Sus intervenciones y escritos en defensa de la familia como primera y más importante institución, así como su ataque contundente al aborto, el feminismo, el ecologismo y demás líneas adoptadas como estrategia por el marxismo cultural o neomarxismo, lo han posicionado como uno de los libertarios que más se dedica a analizar la importancia de los valores occidentales y la nueva estrategia de la izquierda.
Nogales es Doctorando en Economía por la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid). Doctor en Sociología de la Universidad Pontificia de Salamanca (Madrid). Máster en Economía de la Escuela Austriaca de Universidad Rey Juan Carlos (Madrid) y Licenciado en Psicología de la Universidad de Sevilla. Ha publicado varios libros y artículos sobre temas de su especialidad, como La familia empresaria. Aprenda a diagnosticar sus déficits y potencialidades (Díaz de Santos. Madrid, 2007), La empresa familiar y los nuevos retos de gestión(Fundación EOI. Madrid, 2008), y Empresas familiares; La profesionalización de los consejeros de familia (Unión Editorial Madrid, 2012).
Hoy, el español les ofrece a los lectores del PanAm Post una entrevista en la que habla de los aspectos fundamentales alrededor de su especialidad: la familia. Nos cuenta por qué razón creen que la familia está siendo amenazada y cuáles son los mecanismos mediante los cuales se intenta destruir esta institución fundamental. Para Nogales la familia es una institución de arropamiento ante el Estado; el individuo es más difícil de dominar si no cuenta con una familia.
El psicólogo español explica de qué forma el Estado de bienestar, que actúa fundamentalmente a través de tres pilares— educación, sanidad y pensiones,— termina destruyendo la familia. “Cuando el socialismo nos quiere quitar la libertad, nos inunda de derechos”, afirma nuestro invitado de hoy.
Por último, Nogales hace una invitación a que los libertarios dejemos el “purismo” y empecemos a dar la pelea no solo en el campo intelectual, sino también en el cultural y en la esfera política.