El nuevo Ministro de Hacienda de Colombia aún no ha presentado un proyecto formal de reforma fiscal o tributaria, sin embargo sí ha adelantado cuáles son los pilares del plan que quisiera llevar a cabo. La respuesta a sus propuestas ha sido de rechazo y crítica.
Las piedras que se le atraviesan al Ministro
Alberto Carrasquilla tiene muchos obstáculos para enfrentar. En el Congreso existe lo que yo llamo una “coalición de la mermelada” que parece dispuesta a frenar los proyectos que sea, si no logra mantener cierto nivel de poder y puestos estatales.
Luego, en el Centro Democrático hay quienes no entienden ni lo básico de economía y Carrasquilla deberá hacer una labor pedagógica dentro del propio partido. De modo que luego los Ministros, incluyendo al expresidente Uribe, no salgan a decir cosas que van en contra de lo que él ha planteado.
Pero, además, no está fácil enfrentarse a la opinión pública, y en eso el CD tiene toda la culpa, desde hace mucho debió crear un centro de pensamiento, así como financiar intelectuales e influenciadores que puedan crear un clima de opinión favorable al liberalismo económico. En un país acostumbrado a la tibia socialdemocracia y ahogado en mermelada le va a quedar muy difícil a Carrasquilla que le acepten sus arriesgadas apuestas.
Tal vez le esté pidiendo peras al olmo. Cómo se iba a gestar desde el Centro Democrático un Think Tank liberal, en materia económica, si en el partido hay quienes creen que subir el salario mínimo por ley o proteger a gremios, frenando la importación y obstaculizando el libre comercio, es buena idea.
Sin embargo, lo que sí entiende el partido, es que Carrasquilla tiene el conocimiento y la experiencia para volver a poner al país a caminar por la senda de crecimiento. Por algo fue el Ministro escogido por Iván Duque, también estuvo encargado del Ministerio cuando Uribe fue presidente, y al parecer insistieron para que aceptara de nuevo el puesto.
En ese sentido, los miembros del Centro Democrático, muchos muy valientes y de muy buenas intenciones pero sin mucha idea de economía, deberían por lo menos consultar con el Ministro antes de salir a hacer propuestas y afirmaciones sin sentido desde el punto de vista económico. Y sobre todo, y aunque no entiendan cuestiones específicas, deben aunar esfuerzos para realizar una labor pedagógica de cara a la sociedad.
Las propuestas de Carrasquilla y lo que nadie dice en medios
El Ministro ha hablado de bajar impuestos a las empresas. Este punto lo entiende perfecto el Centro Democrático. El discurso de campaña de Duque siempre tuvo como elemento fundamental el papel generador de riqueza de las empresas. El expresidente Uribe también tiene esto claro y lo explica muy bien. En este tema específico cada vez más colombianos comprenden la importancia de crear un clima favorable a las empresas.
Carrasquilla también ha propuesto poner IVA a toda la canasta familiar y devolver a los más pobres entre 18.000 y 27.000 pesos mensuales, de modo que los menos favorecidos no terminen afectados. A esta idea le han llovido tantas críticas como a la propuesta de exigir declaración de renta ya no desde 2.500.000 pesos sino a partir de 1.900.000.
¿Por qué la gente en Colombia prefiere que le suban los impuestos a las empresas a que aumenten el IVA y la base en renta?
Porque con el IVA y el impuesto a la renta ven claramente que son perjudicados, no así con los impuestos a la empresas. Pero lo cierto es que si hay un tributo que perjudica a los más pobres, y aumenta la miseria, es precisamente el que se cobra a las empresas. Son estas las que crean riqueza, las que dan trabajo, las que producen bienes cada vez más baratos, entre más capital acumulado haya mejores son los salarios. Un país sin empresas es un país pobre.
Y esto no es un asunto solo teórico, afortunadamente estas reformas que plantea Carrasquilla ya se han hecho en otros lugares y han sido claves para salir adelante. En materia de impuestos, la mayoría de países con mayores libertades económicas cobran altos impuestos a las personas y bajos impuestos a las empresas.
No quiero decir con esto que la clave de la riqueza sea cobrarle altos impuestos a las personas. Bajar impuestos, de cualquier tipo, siempre será bueno. Pero entre cobrar altos impuestos a las empresas o a las personas, es mejor la segunda opción. Y definitivamente entre más trabas se le ponga a la inversión más pobreza habrá.
Los países nórdicos son un claro ejemplo de este tipo de impuestos. Y son perfectos para esta discusión porque a los socialistas les encanta hablar de estos países. Además, son lugares en los que las reformas liberales ocurridas no hace mucho tuvieron como columna una reforma parecida a la que plantea Carrasquilla.
Como se puede observar en la siguiente tabla, tienen impuestos a las ventas y a la renta altos, pero impuestos a las empresas muy bajos, muchísimo más bajos que en Colombia.
País | Impuesto a Empresas | Impuesto a la Renta | Impuesto a las Ventas (IVA) |
Dinamarca | 22% | 39,8% – 55,85% | 25% |
Suecia | 22% | 29,19% – 60,15% | 25% |
Finlandia | 20% | 25% – 67% | 24% |
Noruega | 23% | 31% – 40% | 25% |
Holanda | 20%-25% | 36,55% – 51,95% | 21% |
Colombia | 34% | 33%- 35% | 19% |
Fuente: Elaboración propia. Datos: Agencia gubernamental de impuestos de cada país.
Y este asunto el Ministro lo ha mencionado en varias ocasiones:
“En Estados Unidos, el de renta (impuesto) es aportado en el 85 por ciento por personas naturales y el resto, por las empresas. Nosotros tenemos lo contrario. Somos un bicho raro en el contexto tributario del mundo”, dijo Carrasquilla recientemente en una entrevista.
Pero le falta ser más claro y hacer más pedagogía.
Por último, desde sectores libertarios, hasta la izquierda más recalcitrante, se le exige al Gobierno no subir el IVA ni aumentar la base para cobrar impuesto a la renta. Estos últimos se equivocan en tanto creen que la solución es cobrar todo a las empresas y gastarlo en subsidios. Empíricamente ya se ha probado en qué nivel de miseria termina eso.
Y los libertarios que esperan que Carrasquilla desista de su propuesta parece que viven en el mismo país que Alicia, el de las maravillas. Hay un endeudamiento interno y externo, y unas condiciones críticas que recibe el Ministro, que no se pueden ignorar, los mercados cobran fuertemente la deuda y si no cumplimos vamos a terminar pagando aún más caro.
Carrasquilla además enfrenta a una clase política, como mencioné al inicio del artículo, acostumbrada a la mermelada. ¿Realmente qué tanto lo dejarán recortar el gasto estatal?
El papel que en este momento deben jugar los liberales es el de reconocer que el país está en una situación difícil, que hay que cumplir con ciertos compromisos y deudas, y que la mejor manera de hacerlo es apuntarle como hace Carrasquilla a la creación de riqueza desde el sector privado.
Además, por supuesto estamos llamados a presionar fuerte e incansablemente para que baje el gasto estatal. De hecho, el Ministro habló varias veces de que no quería una reforma tributaria sino fiscal. Y eso es lo que hay que reclamarle al Gobierno.
Pero no puede ser que cuando el Ministro más liberal que ha tenido la historia reciente del país intente hacer cambios, no reconozcamos que entre el esquema tributario actual y lo que propone Carrasquilla, para bajar la carga a las empresas, lo último es definitivamente mejor.