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Durante las últimas semanas el presidente de Colombia ha tenido que enfrentar las marchas y paros de estudiantes y trabajadores de Universidades estatales, lo que piden es más dinero. El presidente ha cedido en varias ocasiones y el presupuesto se ha aumentado. Muchos apoyan los paros porque ¿cómo no va a ser bueno destinar más dinero a la educación?
Pero si se miran los datos con lupa queda claro que la solución no es aumentar el presupuesto de las universidades estatales.
¿Son los estudiantes de la universidad pública de verdad los más pobres?
En Colombia, de cada 100 colombianos 56 no terminan el bachillerato. Es decir, más de la mitad de los colombianos no tienen ni siquiera un título de bachiller. Por lo tanto, los más vulnerables y los más pobres por supuesto que no son los estudiantes de Universidades estatales. Son esos muchachos que ni siquiera han completado el colegio.
Por supuesto es más fácil para un joven con bachillerato conseguir empleo y costearse estudios superiores, o capacitarse en un sector específico mediante la vinculación a una empresa, e incluso hacerse cargo él mismo de su educación utilizando todas las facilidades que hay con internet.
Sin embargo, los estudiantes de la universidad pública quieren hacer creer que son ellos los más necesitados. No es cierto. La verdad es que si llegamos al acuerdo de que los subsidios debieran entregarse con prioridad a los más pobres y necesitados, ese no es el caso de la educación superior.
El verdadero problema de la educación superior
Tanto estudiantes como profesores de las universidades estatales apuntan a que lo único necesario para mejorar la educación es más dinero. Mejorar procesos, cambiar contrataciones o cualquier procedimiento que dependa de ellos ni siquiera es considerado, el debate al respecto simplemente no existe. Parece que todo es perfecto y la culpa de las múltiples fallas de las universidades es del gobierno de Duque que no les da todo dinero que piden.
Pero, ¿qué tan bien funcionan las universidades públicas? La teoría y la lógica explican que cuando se tiene clientes cautivos no hay ningún incentivo para mejorar el producto que se ofrece. Las universidades estatales pueden ofrecer malas condiciones a sus estudiantes, e incluso no estarlos preparando bien para el mercado laboral, que es al final del día el principal objetivo de un universitario, pero igual tendrán el presupuesto anual del Estado.
Una universidad privada debe preocuparse por tener buenas instalaciones, deben ocuparse en que lo que enseñan sea útil para el mercado laboral, los profesores deben tratar adecuadamente a los estudiantes, y en general están pendientes de cosas tan sencillas como que los baños estén limpios. En las universidades estatales en general no pasa eso, y es que no importa, pueden tener la universidad cayéndose o tratar mal a los estudiantes e igual no verán reducido su presupuesto.
Recientemente un amigo que hace su maestría en la Universidad de los Andes me contaba cómo en una de sus clases, un profesor lo trató con una inexplicable grosería a la que por demás él no está acostumbrado. Mi amigo al verse agredido le dijo al profesor que recordara que ya no estaba más en la universidad pública en la que había hecho toda su carrera profesional, y que él no pagaba millones para que lo trataran mal por diferencias ideológicas.
Este profesor al parecer tenía la mala maña de muchos educadores de universidades estatales, a quienes nadie presiona para que se porten de la manera adecuada. En mi carrera en universidad pública vi profesores que insultaban alumnos, compañeros que tenían que perseguir a los docentes para que los atendieran, e incluso irlos a buscar a la casa para que les “ayudaran” con su trabajo de grado. Eso en una universidad privada no sucede porque simplemente es un negocio cuyo sostenimiento depende de la buena atención de los clientes. Así debería ser.
Las universidades estatales cada año tendrán su presupuesto asegurado, no hay esfuerzo por hacer, no hay incentivos para ser mejores. Por eso si el país quiere ver mejoras reales en la educación superior subsidiada, hay que pasar de un esquema de subsidio a la oferta a uno de subsidio a la demanda. De hecho, el programa Ser Pilo Paga, que es precisamente subsidiar la demanda, permitiéndole a los estudiantes elegir en qué universidad inscribirse, mostró que la mayoría prefiere universidades privadas.
Si decidimos que es importante subsidiar la educación superior, una real contribución, en vez de darle más dinero a las universidades estatales, sería darle el subsidio directamente al estudiante y que él escoja a qué universidad ir. De modo que no se mantengan universidades ineficientes y costosisimas.
¿Son eficientes las universidades Estatales?
Es cierto que universidades como la Nacional en Bogotá o la de Antioquia en Medellín siempre quedan entre los primeros lugares en el país, eso en mediciones que toman en cuenta cosas como el grado de investigación y el número de doctores que tienen contratados. Luego a nivel regional la Universidad Nacional, junto con la de Los Andes (privada), está entre los 10 primeros lugares. Pero miremos con lupa los datos.
Según cifras del Observatorio Laboral, un estudiante de Universidad privada gana más que uno de universidad estatal:
Universidad de Los Andes | Universidad Gran Colombia | Universidad Nacional | Universidad Javeriana | |
Ing. industrial | 2.976.327 | – | 1.743.271 | 2.385.241 |
Admon de Empresas | 3.151.811 | 1.714.170 | 1.607.921 | 2.148.919 |
Economía | 2.591.667 | 1.660.687 | 1.896.346 | 2.262.335 |
Salario promedio de enganche. Fuente: Observatorio Laboral
Un estudiante de la Universidad de Los Andes puede llegar a ganar incluso el doble del sueldo de un estudiante de la Nacional dependiendo de la carrera que estudie. Y por supuesto que tiene a su disposición mejores instalaciones y condiciones que el estudiante de la Nacional.
No encontré cifras oficiales publicadas por la Nacional de cuánto cuesta un estudiante de esa universidad, pero en su página se lee que el presupuesto es de 1,7 billones anual, y que tienen 53.880 estudiantes. Lo cual quiere decir que un estudiante de la nacional cuesta aproximadamente 16 millones semestrales.
En promedio un estudiante de la universidad de Los Andes pagará, en el 2018, 16.344.000 pesos. Eso quiere decir que cuesta casi lo mismo estudiar en Los Andes que en la Nacional, pero el sueldo de quien estudió en la universidad privada puede incluso llegar a ser el doble de lo que gana un egresado de la Nacional.
Ahora bien, la Gran Colombia es un caso bastante particular que sobresale. Esta universidad privada ha estado haciendo una fuerte campaña con el slogan “educación de calidad a precios justos”. Y lo que es evidente es que los precios de sus carreras son considerablemente más bajos que los de otras universidades privadas.
El semestre de Administración de Empresas en la Gran Colombia cuesta 3.178.000, eso es 4 veces menos de lo que vale un estudiante de la Nacional. Sin embargo, un recién egresado de la GC gana 100.000 pesos más que el egresado de la Nacional en esa carrera.
Cuando se puso en marcha el programa Ser Pilo Paga, quedó en evidencia que una gran mayoría de los estudiantes que pudieron acceder al subsidio escogieron universidades privadas. La gente no es tonta y por algo prefieren las privadas, pero además es que es más barato, y es mejor negocio, subsidiar un estudiante ahí, que mantener una universidad Estatal.
Conclusiones:
1- Los estudiantes de universidad estatal NO son los más vulnerables.
Es hora de que se dé un debate de fondo sobre medidas diferentes al subsidio que pueden ayudar a que la gente salga de la pobreza por su propia cuenta. Mucho más efectivo que subsidiar la educación superior sería bajar impuestos y flexibilizar el mercado laboral.
2- Está demostrado que si los estudiantes pueden elegir, eligen universidades privadas. El salario promedio de un egresado de universidad privada es más alto que el de uno de universidad estatal. Pero, además, las condiciones en las que estudian los matriculados en universidades privadas son mejores.
3- No solo es que los jóvenes elijan las privadas cuando tienen la oportunidad, es que además al Estado le saldría más barato y haría una mejor inversión si subsidia estudiantes en universidades privadas.