La carrera electoral que determinará al próximo presidente de Estados Unidos tendrá su primera definición el día de hoy en el pequeño e importante Estado de Iowa.
Los ciudadanos de Iowa que estén registrados como demócratas o republicanos podrán elegir hoy a sus delegados, quienes eventualmente los representarán en las convenciones nacionales de sus respectivos partidos, donde finalmente nominarán a los candidatos que se disputarán la presidencia.
Aunque el proceso de pre-selección de un candidato es conocido como “primaria”, en Estados Unidos se diferencia el sistema de “caucus” con el sistema de “primaria”. Los “caucuses” son elecciones a nivel local (condados, ciudades o pueblos), donde los afiliados a un determinado partido se reúnen para debatir y exponer sus preferencias sobre los candidatos antes de llevar a cabo la elección. Las primarias son directas y a nivel estatal.
Iowa siempre es una incógnita, y este año la incertidumbre es aún mayor que de costumbre dado el surgimiento de los candidatos que no partieron como favoritos, los denominados “outsiders”. Esta nueva clase de políticos incluyen distintos perfiles y razones. El magnate de la propiedad raíz Donald Trump, Ted Cruz, Senador de Texas, y Bernie Sanders, Senador de Vermont, son los miembros del club de quienes supuestamente se enfrentan al establecimiento que ha sido tan cuestionado, sobre todo, entre los electores republicanos.
En el caso del candidato demócrata Bernie Sanders, su estilo rompe con el molde ideológico del Partido Demócrata ya que el Senador se reconoce abiertamente como socialista. Esta es una diferencia clave entre Sanders y su contrincante, Hillary Clinton, quien se ve envuelta en el “escándalo de los correos electrónicos”.
Trump y Cruz, los dos candidatos que se disputan Iowa (según las encuestas), no sólo se enfrentan al establecimiento republicano, sino que entre ellos existen diferencias sustanciales. Trump se enfrenta a un archivo lleno de contradicciones con sus actuales propuestas y a los principios republicanos. Lo único constante en él es su capacidad de decir lo que las mayorías quieren escuchar.
Cruz, sin embargo, es el ícono de los conservadores de la primera ola del Tea Party, un movimiento que dice querer reafirmar los ideas fundacionales del Partido Republicano. Con simpatizantes diferentes, unos atraídos por la capacidad de “showman” de Trump y otros atraídos por la convicción de Cruz, ambos se disputan la primera y más observada elección de la carrera presidencial.
En el último debate republicano, al cual no asistió Trump, fuimos testigos del primer debate sin insultos ni burlas, y esto permitió que Marco Rubio, Senador de Florida, y Jeb Bush, ex gobernador del mismo Estado, sobresalieran, aunque no parecería alcanzarles para ganar en Iowa. Las encuestas, sin embargo, no deciden. Sólo son una guía que nos indican quiénes, por ahora, podrían quedar fuera de la carrera.
¿Quiénes van a ganar? Es una incógnita, aunque los números indican que Sanders y Clinton están ante un empate técnico; y Cruz, detrás de Trump, viene pisando los talones del magnate.
Quiénes respondieron las encuestas y asistieron a los eventos de cada candidato, ¿se presentarán a votar? Esta noche, entrada la madrugada, lo sabremos; y mañana la carrera a la Casa Blanca se configurará nuevamente, iniciándose así el tramo más importante de la principal disputa electoral del mundo.