Las cárceles de Venezuela deberían ser centros de reclusión con miras a la reforma de los reos; sin embargo los centros penitenciarios en el país suramericano, en muchas ocasiones, ofrecen adentro mayor “calidad de vida” que la que tienen los ciudadanos que no han cometido algún tipo de delito.
Tocorón, por ejemplo, una de las cárceles más peligrosas del país ubicada en Maracay, estado Aragua no solo cuenta con discoteca, piscina, tiendas y hasta hipódromo, sino que además en su interior no existe la escasez de productos y alimentos básicos que hay en el resto del país.
El territorio nacional enfrenta un desabastecimiento de alimentos que supera el 80 % solo en la capital venezolana, pero mientras la mayoría de los venezolanos deben madrugar y hacer largas filas por hasta más de 12 horas, en la cárcel de Tocorón no sucede lo mismo; los reos cuentan con un gran inventario de toallas sanitarias, leche, harina, arroz, huevos, carne, pollo y hasta champú.
Un reportaje publicado por el diario local El Nacional señaló este lunes 15 de agosto que las parejas de los presidiarios no tienen “la necesidad” de hacer largas filas para conseguir los productos básicos, pues sus “novios” desde adentro de las cárceles les preparan combos con lo que necesitan para poder alimentarse y asearse.
“Mi novio, que está preso por ladrón, todos los fines de semana me arma un combo que incluye pasta de dientes, toallas sanitarias, leche, harina arroz, aceite, huevos, champú, carne y pollo. No tengo que salir de madrugada a ver si pesco algo en algún mercado. Aquí hay de todo. Incluso hago compras y les vendo a mis vecinos, que están desesperados porque no consiguen nada en el San Vicente de Maracay”, contó la visitante minutos antes de que funcionarios de la Guardia Nacional le permitieran el paso a uno de los centros carcelarios más poblados del país, con aproximadamente 11.000 reos, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Prisiones.
Las mujeres de los reos entonces no solo ingresan a la cárcel para visitar a sus parejas sino que además una vez adentro pueden hacer compras sin hacer las largas colas.
Según el reportaje de El Nacional la cárcel cuenta con puestos de venta informales, pequeños locales y asegura que la mayoría de los productos ofrecidos provienen del robo de camiones con alimentos que transitan por la Autopista Regional del Centro. “Hay conexiones entre pranes (líderes de las cárceles) y piratas de carretera que operan en esa vía para someter a los conductores de esos vehículos y posteriormente los dejan abandonados”; señaló un reo de la cárcel.
El medio asegura que adentro, en la cárcel, también hay vendedores que no son presos; sin embargo deben pagar al pran una suma de dinero por establecerse allí y ofrecer sus productos.
Fuente: El Nacional