![En la foto: (Izq-Der) Felipe Kast, Manuel José Ossandón, Sebastián Piñera, Beatriz Sánchez, Alberto Mayol (Twitter)](https://es.panampost.com/wp-content/uploads/primarias-chile.jpg)
En las pasadas elecciones primarias de Chile la coalición de centro derecha Chile Vamos, con 1.417.637 votos, casi cuadruplicó la votación del Frente Amplio, coalición de ultra izquierda que obtuvo un total de 327.613 votos.
La fuerza electoral de ambos sectores es muy dispar, pero hay que tener en cuenta que Frente Amplio es una coalición nueva que no tiene más de seis meses de vida y que sin representar hoy más del 5 % del poder electoral y sin ser un fenómeno político popular, tienen cierto margen de crecimiento amparado en la juventud y que tan profundo logren calar el mensaje del estatismo y los ideales de la redistribución en las nuevas generaciones.
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La ganadora de Frente Amplio es Beatriz Sánchez que obtuvo 221.348 votos contra los 106.265 que obtuvo su contendor Alberto Mayol, mientras que en Chile Vamos, el ganador fue el expresidente Sebastián Piñera que con 827.347 derrotó ampliamente a sus competidores Felipe Kast y Manuel José Ossandón.
Las preguntas que siguen a los resultados de estas primarias tienen relación con la capacidad de movimiento que tenga cada uno de los ganadores, considerando que hay dos o tres candidatos que no participaron en primarias y que van directamente a la papeleta como es el caso de Carolina Goic que hoy marca un 2 % en encuestas y pertenece a la Democracia Cristiana que está teóricamente en el centro político, pero en la práctica tiene más cercanía con la izquierda.
También está la figura de Alejandro Guiller que es el abanderado de los partidos de la Nueva Mayoría, coalición que llevó a la moneda a la actual presidenta Michelle Bachelet e incluye a los socialistas, radicales y comunistas entre otros. Guillier es el segundo en encuestas después del expresidente Sebastián Piñera, aunque sus desaciertos hacen que la Nueva Mayoría se pregunte si realmente él era la figura que debía unirlos.
No hay que olvidar a un tercer candidato que corre por el sector de la ultraderecha y es José Antonio Kast. Su candidatura representa los valores casi puros de la derecha de los años 50 del siglo pasado. Esa derecha cristiana, poco flexible, que posteriormente aprobó todos los movimientos del gobierno militar porque protegía los intereses económicos, que si bien son de vital importancia, no son lo único que debe ocupar a un gobierno. José Antonio Kast es el líder de los que proclaman una increíble libertad económica, pero un trasnochado y hasta peligroso conservadurismo civil.
De todo esto, los ganadores de las primarias 2017 que son Piñera y Sánchez, tendrán que armar una nueva fase de campaña para obtener los votos que les faltarán. No es lo mismo competir por los votos duros de tu sector que intentar persuadir a votantes de otros sectores.
En el caso de Beatriz Sánchez, su libertad de movimiento no es demasiado amplia, porque si bien, seguramente, contará con el apoyo de Alberto Mayol, quien al perder se suma a su candidatura, no puede tampoco crecer demasiado hacia el centro pues su programa, su proyecto es casi puramente ideológico y está amparado en las juventudes idealistas que tienen un fuerte componente izquierdista revolucionario y no permiten alianzas sin primero catalogarlas como traición a los ideales. Esto obligará a Beatriz Sánchez a pautar su discurso manteniéndose fiel a la línea de ultra izquierda y con muy pocas concesiones a cualquier sector del centro. Tendrá que luchar por establecer la validez de su programa con las mismas ideas con las que ganó su primaria.
Sebastián Piñera, por otro lado, tiene más opciones de crecer hacia el centro, despegándose un poco de los lazos con la derecha más dura, pero no puede hacer esto sin riesgo. Seguramente esto le valdrá el apoyo de la derecha más nueva y liberal liderada por Evópoli y que compitió con la figura de Felipe Kast, que proponía libertad económica y civil y por esto conquistó mucho voto de centro pese a salir en último lugar de las primarias. La votación que Kast obtuvo es similar al total obtenido por Beatriz Sánchez así que su apoyo no deja de ser importante, pero el riesgo es que aquellos que son votantes duros del sector de la derecha, vean las libertades civiles como “izquierdización” y se vuelvan a un “refugio” seguro y conocido para ellos como lo son las ideas de derecha antigua que representa José Antonio Kast. Es un riesgo que dada las circunstancias, solo Sebastián Piñera y su equipo pueden decidir si desean correr.
El precandidato que salió segundo en las primarias de Chile Vamos, Manuel José Ossandón, quizá no pueda aportar demasiado a la candidatura de Piñera pues aún no se sabe qué tipo de votantes le apoyó. Puede ser que su buena gestión como alcalde le valiera la mitad de sus votos pero la otra mitad no se sabe si son votos de protesta contra Piñera y lo que su figura representa o si son votos de confianza a Ossandón por su propia persona o quizás son votos de derecha que igualmente votarían por Piñera, pero que su primera opción la identificaron en el voto a Ossandón.
No es menor este asunto ya que el Ossandón basó su campaña casi enteramente en la crítica a Piñera y muchos de izquierda manifestaron su apoyo a estas ideas. Casi podría establecerse que Ossandón es un candidato más de izquierda que de derecha ya que abraza causas que para la derecha son injustificables.
Quizás los votantes de derecha tengan como prioridad rescatar el país económicamente primero y para eso entiendan que hay que ganar y Piñera es el hombre fuerte. Quizás el desastre económico actual le permita a Piñera afianzarse hacia la libertad sin temor a la derecha dura, pero todo esto apenas comienza, todo es especulación y está por verse que tan racionales son realmente los electores de centro derecha al calcular sus probabilidades y establecer prioridades.