En América Latina la política y la magia no han estado desligadas. La región ha experimentado la conexión entre diversos líderes políticos con brujos, esoteristas y magos. José López Rega, astrólogo y esoterista argentino, fue ministro de la presidenta Isabel Martínez, viuda de Perón, y según el investigador mexicano José Gil Olmos, reconocidos líderes políticos mexicanos, como Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Cuauhtémoc Cárdenas acudieron a prácticas mágicas. Colombia no se ha quedado atrás, y es por eso que merece un capítulo aparte.
En Colombia, no solo reconocidos políticos (como Ernesto Samper y Odín Sánchez) han contratado los servicios de magos y mentalistas. Los grupos armados ilegales colombianos también acudieron a los servicios de especialistas en “ciencias” ocultas. En este país suramericano la magia, la política y el poder han estado tan ligados que durante la década de los noventa un partido político con prácticas ocultistas llegó a ocupar escaños en el legislativo. Se trata del Movimiento Unitario Metapolítico.
Por lo anterior, en el PanAm Post decidimos indagar sobre la relación existente entre magia, política y religión en Colombia.
Grupos armados ilegales y magia negra
De acuerdo con el investigador colombiano Paulo Licona, la mezcla entre violencia y magia negra no es un hecho exclusivo de los siglos XX y XXI. Para el citado investigador, durante las guerras civiles del siglo XIX los combatientes también recurrieron a la brujería.
Durante la década de los noventa y comienzos del siglo XXI, paramilitares y guerrilleros siguieron recurriendo a la magia negra como “arma” de guerra. Según un reconocido diario colombiano, los paramilitares, también llamados grupos de “autodefensa”, realizaron rituales de magia negra que incluían sacrificios rituales de humanos y animales. Estos grupos consideraban que al realizar los sacrificios, evitarían ser heridos. Por su parte, a pesar de haber profesado simpatías marxistas, algunos miembros de las FARC también recurrieron en el uso de la magia negra.
Regina 11 y el Movimiento Unitario
Es imposible explicar el fenómeno del Movimiento Unitario Metapolítico sin entender la figura de Regina Betancourt de Liska, su líder, más conocida como Regina 11. Betancourt nació en la región colombiana de Antioquia, en una familia humilde. A pesar de sus dificultades económicas, Regina destacó desde muy joven por su liderazgo. Desde muy joven, la líder colombiana afirmó que grandes maestros espirituales fallecidos habían entrado en contacto con ella. Para Regina, los Papas Pío X y Juan XXIII le transmiten mensajes espirituales. Debido a la popularidad de sus mensajes, la mentalista colombiana se convirtióe en locutora radial y creó el Centro Unitario Reginistas.
Durante la década de los ochenta Regina Betancourt comenzó a trabajar en política. En 1978 “mamá Regina” (como era conocida entre sus seguidores) apoyaría al liberal Julio César Turbay a la presidencia. Años después, la mentalista aseguraría que había vendido votos 180.000 votos al líder liberal, los cuales le habrían permitido ganar la presidencia de este país.
En la década de los ochenta, Betancourt inició su organización política Movimiento Unitario Metapolítico (MUM). Según la antropóloga Eugenia Villa Posse, este movimiento obtuvo concejales en ciudades como Bogotá y Medellín. El Movimiento Unitario Metapolítico se autodenominaba como un “Movimiento político, autónomo e independiente, es una organización filosófica, metafísica, socio-económica y política”. Uno de los lemas del movimiento era “salud, dinero, amor y felicidad“. El símbolo del MUM sería una escoba, elemento relacionado con las brujas, pero también con la limpieza.
El MUM cosechó importantes victorias electorales a finales de la década de los ochenta. En las elecciones presidenciales de 1986, Regina Betancourt se lanzó a la presidencia. En esta ocasión, la mentalista y líder del MUM logró obtener 46.811 votos. Esa no fue la única vez que se presentó a las elecciones presidenciales de Colombia; la líder del MUM se presentó dos veces más: una en 1990 y otra en 1994. Aunque la líder del MUM no llegaría a la presidencia, pero su líder, Regina 11, ocupó un escaño en el senado colombiano, entre 1991 y 1995; y en las elecciones presidenciales de 1994 Regina y el MUM se convertirían en la cuarta fuerza política del país.
Mientras preparaba su campaña a la presidencia para 1998, Regina 11 fue secuestrada por una facción disidente del desmovilizado M-19. No obstante, su secuestro sería relativamente breve, pues permanecería en cautiverio durante al menos cinco meses. Luego de su liberación, Regina 11 sería encontrada culpable de exigir dinero a sus empleados para que aportaran a sus campañas políticas. Desde entonces, el MUM desapareció del escenario político colombiano.
Regina 11 y la saurología en la actualidad
Aunque el MUM perdería la personería jurídica, y Regina 11 quedaría vetada de por vida para ocupar un cargo en el legislativo, sus familiares decidieron seguir sus pasos y participar en política. Este fue el caso de su hija Luzelena Restrepo Betancur, quien hizo parte del extinto partido Colombia Democrática. Esta organización política, fundada por Mario Uribe, primo del expresidente Álvaro Uribe, acogió a varios exmilitantes del MUM. Luzelena Restrepo Betancur accedería al Senado debido a que Colombia Democrática perdería a varios de sus congresistas. Los colegas de partido de Restrepo Betancur irían a la cárcel debido a sus vínculos con la parapolítica.
Twana Smith, nieta de Regina Betancourt, también manifestó su interés por participar en política en 2009. En una entrevista con el diario “El Espectador”, Smith expresó su voluntad de ser candidata por la circunscripción de negritudes. Sin embargo, los resultados electorales de la Registraduría no incluyen el nombre de Smith en su reporte de elecciones en 2010.
Mientras algunas de las descendientes de Regina 11 buscaron hacer política electoral, esta se centró en la “Saurología”. La saurología es la sabiduría universal reginista. En los centros de saurología, Regina 11 enseña a sus seguidores ejercicios para espantar malas energías, leer la mente e incluso a levitar. En estos centros también se venden diferentes productos diseñados por la líder, desde ropa hasta perfumes. Aunque en los centros reginistas se dictan cursos de saurología, esta práctica mágica también se enseña en el colegio de Regina: el Colegio Fundación Saur.
Aunque Regina 11 no puede hacer política electoral, y sus descendientes no han logrado resultados electorales concretos, la inventora de la saurología ha intervenido en política durante los últimos años. En las elecciones presidenciales de 2014 quiso apoyar a Óscar Iván Zuluaga. En las elecciones a la alcaldía de Bogotá de 2015, Regina 11 decidió apoyar al liberal Rafael Pardo. Además de promover esta candidatura a la alcaldía, la mentalista también ha promovido dos polémicas propuestas políticas. La primera: la legalización de todas las drogas. La segunda, que el Estado recoja a los habitantes de la calle y a las prostitutas para trasladarlos a centros de “rehabilitación” en la región de los Llanos Orientales.
Conclusión
En América Latina no resulta difícil encontrar vínculos entre importantes políticos y mentalistas, magos y esoteristas. Colombia no es la excepción en este sentido. Los grupos armados ilegales colombianos también obtuvieron asesoría de expertos en “ciencias” ocultas. Pero aún más importante, en Colombia, una mentalista creó un partido político: Regina 11 y su Movimiento Unitario Metapolítico (MUM). Los seguidores de Regina 11 llevaron a la mentalista al Congreso e hicieron del MUM la cuarta fuerza política del país en las elecciones presidenciales de 1994.
Es cierto que los Estados deben respetar la diversidad religiosa, sin embargo, financiar ritos religiosos con dinero del Estado debe ser una práctica ajena a las democracias liberales y al Estado de derecho. Vale la pena pensar en cómo algunas prácticas esotéricas organizadas no solo tienen como finalidad brindar a sus seguidores unas creencias sobre la otra vida. Ciertos cultos esotéricos tienen como fin lucrar a su líder religioso y obtener ventajas económicas y hasta electorales. En una democracia liberal juzgar cuáles de estas prácticas místicas ofrecen confort a sus fieles y cuáles buscan beneficios exclusivos para sus líderes debe ser labor de los seguidores de esos cultos.