Cada vez es más evidente el rechazo de muchos venezolanos al socialismo bolivariano. Y es que Venezuela está envuelta en profundos problemas político, económicos y sociales producto del centralismo y el autoritarismo del régimen. Sin embargo, algunos políticos de América Latina consideran que el problema no es el socialismo, sino la incompetencia de Maduro. Dentro de este grupo están, por ejemplo, el exalcalde bogotano Gustavo Petro. A pesar de la opinión de Petro, esta no es la primera vez que el socialismo conduce al autoritarismo y a la pobreza. En Europa del Este la sociedad civil se movilizó para derrocar pacíficamente a la dictadura.
Algunas de las imágenes de las concentraciones venezolanas de abril de 2017 nos recuerdan las experiencias vividas en Europa del Este. En el PanAm Post le contamos algunos de los casos más importantes de lucha contra el socialismo que podría servirle de guía a la sociedad civil venezolana.
Polonia: los sindicatos por la libertad de asociación
Tras la Segunda Guerra Mundial, Polonia sufrió la invasión soviética. Esta invasión implicó la imposición del socialismo en el país más católico de Europa del Este. A pesar de la propaganda oficial, en los países marxistas de Europa del Este no era posible para los trabajadores organizar sindicatos.
Sin embargo, obreros descontentos con el autoritarismo y la incompetencia se organizan y formaron organizaciones pacíficas que la dictadura consideró ilegales. Es el caso del KOR (Comité de Defensa de los Obreros). Fue el comienzo de la formación de sindicatos libres en el país. En 1980, los sindicatos convocaron a la huelga.
La dictadura respondió mediante la imposición de la Ley Marcial en el país. Los líderes de los principales sindicatos libres, en particular los de Solidaridad y KOR, fueron encarcelados. No obstante, los sindicatos de trabajadores libres siguieron luchando por cambiar el sistema: las huelgas y las concentración por la libertad no pararon. Líderes sindicales como Lech Wałęsa continuaron demostrando su voluntad por transformar el sistema. La valentía de los sindicalistas polacos fue recompensada en 1989 con elecciones que pusieron fin al sistema comunista en Polonia.
El ejemplo polaco demuestra cómo los trabajadores pueden confrontar a una ideología que dice defenderlos. En Venezuela, varios sindicatos han expresado su desacuerdo con el chavismo. Organizaciones de maestros, servidores públicos y de trabajadores del gas y el petróleo han manifestado su voluntad de transformar el sistema en el país. La oposición venezolana no puede obviar la importancia de las organizaciones de trabajadores para luchar contra la dictadura.
Los jóvenes de Otpor!
Slobodan Milošević estableció una cruel dictadura en Yugoslavia. Milošević, un nacionalista serbio miembro del Partido Socialista de Serbia, centralizó el poder en Yugoslavia y atacó a otros grupos nacionales yugoslavos (eslovenos, bosnios, albaneses, croatas). De igual manera, los enemigos serbios del régimen socialista fueron perseguidos; muchos de ellos torturados y otros asesinados.
La dictadura de Milošević había sobrevivido a varias guerras internacionales y a la incompetencia económica del régimen. Y es que Yugoslavia experimentó una tasa de inflación del 313.000.0oo % en 1994. Por estas razones, un grupo de jóvenes estudiantes serbios decidió crear la organización Otpor! Este movimiento confrontó pacíficamente al régimen serbio y a sus aparatos de represión.
Una de las tácticas utilizadas por Otpor para enfrentar la dictadura socialista de Milošević fue el humor. Los miembros de esta organización son conocidos por sus videos y actos publicitarios relacionados con el humor.
Mientras el régimen censuraba a los grupos de oposición en los canales de televisión oficiales, Otpor aparecía en las calles de Belgrado con eventos juveniles como conciertos y marchas. La dictadura yugoslava declaró a este grupo como un grupo terrorista. Sin embargo, el régimen no puedo detener a la organización. Para el año 2000 la oposición serbia, apoyada por Otpor, ganó las elecciones. La dictadura, que no estaba dispuesta a aceptar los resultados, sufrió enormes protestas en las principales ciudades serbias. Finalmente, el régimen cayó.
La experiencia de este grupo les puede enseñar a los venezolanos que los estudiantes pueden ser un motor del cambio político. Además, Otpor demostró cómo el humor, los conciertos y otros eventos artísticos pueden llamar la atención de grandes sectores de la sociedad.
Estonia: la revolución cantante
Estonia, en la actualidad, uno de los países más libres del mundo, fue víctima de la Unión Soviética. El imperio soviético conquistó esta república del Báltico tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, una gran parte de los ciudadanos de Estonia se opuso al socialismo y a la invasión soviética.
En 1987, tras la aparición de las profundas reformas iniciadas por Mijaíl Gorbachov, los estonios comenzaron a mostrar su rechazo por la URSS. Como muestra de su voluntad de independencia y libertad, unos 300.000 estonios salieron a las calles de Tallin a interpretar canciones patrióticas, canciones prohibidas durante la era soviética. Desde entonces, los estonios salieron periódicamente a las calles a exigir reformas democráticas y de mercado.
Cuando los sectores más conservadores de la URSS intentaron detener las reformas, los estonios actuaron. Los conciertos, las cadenas humanas y las acciones políticas no violentas aumentaron. Finalmente, en 1991, tras un referéndum, Estonia declaró su independencia de la URSS.
La Revolución cantante de Estonia unió a intelectuales, campesinos y artistas bajo un objetivo común: la independencia y el fin del socialismo en su país. Las canciones populares y la música unieron a los estonios. El canto venció al miedo.
La Revolución de Terciopelo
Checoslovaquia también fue víctima del imperialismo soviético tras la Segunda Guerra Mundial. En 1968 una serie de reformistas socialistas intentaron modificar el sistema socialista que vivía su país. Sin embargo, tanques del Pacto de Varsovia evitaron cualquier tipo de transformación. Muchos intelectuales se vieron obligados a huir del país, otros debieron quedarse bajo estricta vigilancia estatal.
No obstante, a finales de la década de los ochenta algunos intelectuales checos y eslovacos llamaron a los ciudadanos a la resistencia. Escritores como Vaclav Havel y Milan Kundera; músicos como Karel Kryl, Marta Kubišová y Karel Gott invitaron a checos y eslovacos a manifestarse pacíficamente en contra del régimen socialista. A partir de 1988, el régimen, contra las cuerdas, sufrió constantes manifestaciones pacíficas. Debido al carácter pacífico de estos movimientos, estos hechos fueron llamados “la Revolución de Terciopelo”. Finalmente, en 1990 se convocaron elecciones libres en las que los socialistas fueron derrotados.
La experiencia checoslovaca demuestra que aunque el estatismo puede demorar en caer, cuando la sociedad civil expresa su voluntad de cambio es difícil detenerla. También vale la pena destacar del caso checoslovaco cómo escritores, músicos y artistas dirigieron la resistencia anticomunista. A pesar de que la propaganda comunista solía destacar el apoyo de los intelectuales hacia el sistema, Checoslovaquia demuestra una experiencia diferente.
Conclusión
Los regímenes socialistas impuestos en Europa del Este por la Unión Soviética fueron derrotados pacíficamente por la sociedad civil. Movimientos ciudadanos dirigidos por estudiantes, obreros, religiosos, intelectuales y campesinos fueron capaces de confrontar el totalitarismo nacional y el imperio soviético.
El socialismo bolivariano da muestras de decadencia. Los aparatos de represión bolivarianos se niegan a agredir a ancianas y religiosas, y comprenden que también ellos son víctimas del régimen. Solo mediante la unidad en la acción por parte de los demócratas y la utilización de métodos pacíficos, el régimen bolivariano caerá.