A pesar de que la pobreza ha ido en claro descenso en los últimos años y de que los indicadores de calidad de vida en Guatemala mejoran constantemente, los estándares de vida de los guatemaltecos son, por desgracia, todavía muy inferiores a los de la mayoría de países. Así, podemos ver como Guatemala tiene una renta per cápita claramente por debajo de la media mundial y también por debajo de la media de Latinoamérica.
El principal motivo: falta de capital
La base del crecimiento económico es la acumulación de capital. Más capital significa trabajadores trabajando con más herramientas (entre ellas herramientas intelectuales en caso de capital humano) y mayor rendimiento por hora trabajada. Sin acumulación de capital no hay posibilidad de crecer económicamente.
En este aspecto, la economía guatemalteca ha sufrido de una carestía crónica de acumulación de capital. Guatemala es el país 160 de 182 países en % del PIB dedicado a la formación bruta de capital fijo. En Latinoamérica, solo El Salvador tiene una formación de capital fijo menor que la guatemalteca. La formación bruta de capital fijo es tan baja en Guatemala que a duras penas consigue cubrir la depreciación del capital.
El maridaje perfecto: capital y ahorro
Los países que no acumulan capital son también aquellos que menos crecen económicamente. Pero podríamos preguntarnos de dónde viene el capital. La base de la acumulación de capital es el ahorro. Por desgracia, la tasa de ahorro en Guatemala es diminuta, tanto que no da para soportar la acumulación de capital necesaria para salir de la pobreza. Así, si comparamos la tasa de ahorro media en diferentes regiones, vemos cómo Guatemala no sale muy bien parada. Desde 1977 a 2016, Guatemala ocupa el 146 del mundo (de entre 177 países) en porcentaje de la renta ahorrada. En Latinoamérica, solo la isla de Barbados y Guayana están por debajo de Guatemala.
Los países todavía en vías de desarrollo tienen el problema del bajo nivel de renta que les impide dedicar una parte sustancial de la misma al ahorro. Es una de las llamadas trampas de pobreza. Sin embargo, las trampas de pobreza no son insalvables. El simple hecho de que existan países que han salido de estas trampas sugiere que las trampas de pobreza no son insuperables.
La salida de la trampa de pobreza: la inversión extranjera directa
Una de las formas de esquivar la trampa de la poca capacidad de ahorro es atrayendo ahorro extranjero. Una de las ventajas del ahorro es que puede “viajar” en forma de inversión extranjera.
Ante el poco ahorro nacional y la dificultad de generar mayor ahorro en el corto y medio plazo por insuficiencia de renta (podríamos estar pidiendo esfuerzos sobrehumanos a personas con muy poca renta), una solución perfecta es la de atraer ahorro extranjero. Así, podríamos acumular capital no mediante el ahorro nacional, sino mediante la atracción de ahorro extranjero.
Además la inversión extranjera directa tiene la ventaja de fomentar la transferencia tecnológica, administrativa y gerencial. Las empresas nacionales entran en contacto (y compiten) con las buenas prácticas que se implantan en otros países. Muchas veces la inversión extranjera directa provoca cierto recelo en las zonas donde se instala, sin embargo, este recelo es injustificado y fruto más del desconocimiento que de una razón fundada.
¿Cómo se comporta Guatemala en esta rúbrica? Si comparamos el nivel de inversión extranjera directa recibida en desde el año 1977 hasta el 2017, Guatemala se queda muy atrás en comparación con diversas regiones económicas. Solo el sur de Asia cuenta con una inversión extranjera directa menor que la de Guatemala (y tenemos que recordar que el ahorro de esta zona del planeta duplica ampliamente el de Guatemala).
Si hacemos un zoom mayor y nos centramos en la región centroamericana nos damos cuenta de que Guatemala, a pesar de ser el país más grande de la región, desde 1990 tan solo atrae el 11 % de la inversión extranjera que se dirige a Centroamérica. Países mucho más pequeños como Panamá o Costa Rica reciben mucho mayor parte de la inversión con destino a Centroamérica, incluso Honduras, país mucho más pequeño y pobre que Guatemala recibe una cuantía de inversión extranjera directa muy similar a la guatemalteca.
Conclusión
Guatemala está inmerso en una de las trampas de pobreza más conocidas. La imposibilidad de acumular mayor capital por insuficiencia de ahorro nacional. Sin embargo, muchos otros países han sorteado esta trampa simplemente atrayendo ahorro extranjero en forma de inversión extranjera directa. Por desgracia, ni las autoridades ni los guatemaltecos parecen muy preocupados por este tema. Si no se atrae inversión extranjera, la capitalización no aumentará y seguiremos siendo un país relativamente pobre en el mundo. Poco o nada se hace por disuadir a inversores extranjeros de traer sus negocios a suelo guatemalteco. Muchas veces incluso podríamos argumentar que se hace todo lo contrario: se toman medidas que tienden a hacer que el poco ahorro extranjero que existe en Guatemala vuelva a sus países de origen.