Luego de la apertura económica y migratoria que hizo el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama respecto a Cuba, el régimen de ese país caribeño liderado por Raúl Castro comenzó “tímidas reformas económicas” como señala el diario Miami Herald, que también indica que esto dio algunas facilidades a iniciativas privadas, sin embargo esto no ha tenido éxito y una prueba de ello es que la economía cubana va por su segundo año consecutivo en recesión.
El economista cubano, Pavel Vidal, refrenda lo anteriormente descrito al asegurar que “hay pocas esperanzas de que la economía de ese país termine el 2017 con un “crecimiento positivo” y es que según detalló, el Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba en el año actual se establecerá entre en -1,4 % y -0,3 %.
Otro factor que ha perjudicado a la economía cubana y a su vez no ha permitido que las limitadas reformas de Raúl Castro den resultados, es la falta de inversión extranjera, por lo que Richard Feinberg, analista de la situación de Cuba en la organización no gubernamental Brooking Institution, indica: “La economía cubana está estancada y la reforma económica se ha estancado también”.
- Lea más: Hipocresía en la Cuba castrista: “Semana de la Mujer” con golpizas a Damas de Blanco
- Lea más: Como en Cuba, familias venezolanas “sobreviven” gracias a remesas de exiliados
Por otro lado, en Cuba se pretende desarrollar una Zona Especial de Desarrollo Económico (ZEDE), puntualmente en la provincia de Mariel, 28 millas al oeste de La Habana. Con este proyecto, el régimen del país caribeño espera atraer inversiones extranjeras sostenibles, así como empresas manufactureras y de alta tecnología.
Sin embargo, aunque el objetivo de esta ZEDE es atraer capital extranjero, una empresa estadounidense que pretendía formar parte de dicho proyecto fue rechazada, mientras que otros tres proyectos de ese mismo país se encuentra en una etapa de “negociación avanzada” según indica el Miami Herald.
Respecto al sector de la agricultura, como la cosecha de azúcar, construcción y turismo fueron determinantes para el incremento de PIB a un 1,1 %; sin embargo esto no ajustó para la pérdida generada por los subsidios al petróleo proveniente de Venezuela, así como la caída de los precios del azúcar y el níquel y los estragos causados por el huracán Irma, de lo que el régimen de Raúl Castro aún no informa de manera oficial de cuánto fue el daño a la economía cubana.
También, las tensiones con el actual gobierno estadounidense liderado por Donald Trump han afectado el desempeño de la economía de Cuba ya que el ánimo de los inversionistas extranjeros ha disminuido aún cuando en el 2015 el índice de Confianza Empresarial Estándar de Cuba se posicionó en 65,3 %, en el año actual este se ha reducido a más de la mitad y este dato podría deteriorarse aún más en 2018.
Tras diez años en el poder Raúl Castro ha generado una economía, que si bien diversificó los socios de comercio e inversión en Cuba, sigue siendo dependiente de las exportaciones de servicios dentro del cual destaca el personal médico, además es una economía que produce menos bienes que antes.
Cuba atraviesa un momento difícil no solo en la represión reportada por parte de los disidentes, sino también en su economía, a pesar de la incursión de economías compartidas como Airbnb que ha permitido al cubano rentar espacios para turistas a mejor precio que el dado por hoteles, además, del envío de remesas del extranjero. Por otro lado, la falta de información oficial objetiva, es difícil establecer el deterioro que las finanzas de los cubanos han tenido en los últimos años, por lo que se estima podría ser peor que lo indicado por organismos internacionales.