El régimen de China avanza en su agenda global para ganar influencia en organismos multilaterales y regiones, América Latina no está exenta de ello, de hecho, ya se preparan alicientes provenientes de China para otorgar prestamos a la región para la compra de vacunas contra el coronavirus.
La presencia de China a nivel global se nota, sobre todo, en los organismos multilaterales como las Naciones Unidas, donde el Partido Comunista Chino (PCCh) cada vez tiene una injerencia mayor controlando una gran parte de las agencias de la ONU. En el 2020 esto se notó aún más por la estrecha relación del régimen chino con la OMS, pero esto no es una situación nueva, ya China había pisado fuerte, por ejemplo, en el 2019, ganándole la batalla —ampliamente— a EEUU y a la Unión Europea por el control de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una de las agencias más importantes de la ONU.
El que ganó la votación fue Qu Dongyu, ex viceministro de finanzas del PCCh y miembro del Comité de Política Monetaria del Banco Popular de China, para lograrlo contó en gran parte con apoyo de los países africanos, ¿y cómo logró China esto? A través de préstamos e incentivos económicos nada favorables para los países del continente africano.
En este sentido, se consultó al experto en seguridad global, Joseph Humire, si el régimen encabezado por Xi Jinping estaría buscando realizar algo similar en la región a través de los préstamos para vacunas, a lo que manifestó que cree que la intención es diferente. “China lo que está intentando es ganar la carrera de la vacuna. Ellos quieren que el antídoto que están desarrollando sea la vacuna principal a nivel internacional en términos comerciales. Así que China intentará hacer diplomacia e incentivar con cualquier tipo de mecanismos para que los países utilicen su vacuna”, Humire lo llamó “diplomacia médica”, y es lo que China ha venido haciendo desde el inicio de la pandemia con donaciones de insumos médicos que, en múltiples casos, han salido defectuosos no solo en ayudas, sino también en compras y transacciones; muchas naciones de todas partes del mundo se han visto perjudicadas por la mala calidad de los equipos sanitarios chinos.
Precaución con los préstamos
El experto descartó que el régimen tenga la capacidad para influir en toda la región como sí lo hace en Venezuela o en África, pero alertó que hay que tener cuidado con los incentivos.
“Yo creo que los países de Latinoamérica deben tener mucho cuidado porque los contratos de China son famosos: hacen tratos donde una cosa es lo que dicen en letra grande, y otra lo que dicen en letra chica. En la letra pequeña del contrato muchas veces hay condiciones que no son favorable ni provechosas para los países que reciben los incentivos económicos chinos”.
En ese contexto, señaló que “China no tiene la capacidad de ayudar a América Latina como en épocas anteriores. En la última crisis financiera que tuvo el mundo en el 2009, China ayudó mucho a América Latina a superar y sobrevivir esa crisis, prácticamente estaba otorgando préstamos y créditos a intereses muy bajos a nivel regional; pero su inversión se ha reducido, en 2010 llegó a su pico invirtiendo USD $35 000 millones, pero eso fue diez años atrás, ahora China ya no tiene la misma liquidez que tenía en ese momento, su economía no está creciendo como estaba creciendo en esos años, entonces, por ejemplo, el año pasado, su inversión ha sido poquísima en comparación: poco más de los mil millones de dólares”.
En materia de préstamos la situación es diferente, como ya se señaló anteriormente, está el último acuerdo organizado entre China y México para prestar a la región USD $1 000 millones para compra de vacunas. El PPCh sabe que, si bien es el único país en el mundo que no está teniendo grandes problemas financieros por la crisis económica generada por la COVID-19, la posibilidad de invertir es limitada; así que apuestan a diplomacia médica y préstamos para promocionar su vacuna.
Las cercanías entre China y México
Al ser consultado sobre las relaciones China y México, y la preocupación por la afinidad ideológica con AMLO, Humire contestó: “Mientras Trump y López Obrador firmaban un acuerdo histórico económico, México también negociaba con China y no solo por incentivos económicos, sino también sanitarios, México es uno de los países que más recibe ayuda de China para combatir el virus, eso abre espacios para que China empiece a ampliar su presencia en otras áreas en México. Ahora, ellos son libres de hacer negocios con quién sea, pero si la injerencia de China sigue creciendo e intenta utilizar a México con fines políticos y militares como con Venezuela, Zimbabue o Mozambique, eso no será compatible con EEUU”.
Hay que recordar que tanto Trump como AMLO sostuvieron un encuentro diplomático muy provechoso para cada administración, una situación que no debería extrañar —Estados Unidos y México son socios comerciales desde siempre— pero sí llamó la atención por la inusual cordialidad entre ambos mandatarios. Claro que, este encuentro también se dio en un contexto particular: Trump con una batalla electoral a la vista y con la necesidad de acercarse al voto latino y López Obrador necesitado de triunfos políticos después de su pésima gestión económica y sanitaria tanto en la previa como en plena pandemia.
Qué tiene que hacer Estados Unidos
Con vistas al intento de acercamiento chino a la región y a México en especial, el experto en seguridad global fue claro: “EEUU no va a ser nada agresivo, pero sí va a trabajar para mantener a sus aliados en la región”. Además, recordó que “el principal socio comercial de México es, justamente, EEUU” y que seguirá siendo así por mucho tiempo. El convenio firmado por Trump y AMLO “es muy poderoso, debe ser respaldado y ratificado por los Estados Unidos con más diplomacia, es un acuerdo importante y EEUU quiere tener buenas relaciones con su vecino mexicano”, espetó Humire.
Señaló, además, que una de las acciones que EEUU puede tomar es “apretar más a China”. El Gobierno estadounidense no ha aislado a China como sí lo ha hecho con Rusia o Irán, las sanciones impuestas recién comienzan y han sido pocas en comparación a la presión que EEUU puede ejercer contra el gigante asiático.
Remarcó que, si bien es muy difícil generar afinidad política con países como Argentina y México por las ideologías de sus presidentes —Fernández y López Obrador—, ideas con las que EEUU no comulga en absoluto, sí hay intereses en común con los que Estados Unidos puede trabajar para mejorar sus relaciones con dos de los países más grandes e importantes de la región.
Por ello, es destacable la última propuesta de la Casa Blanca que invita a sus empresas estadounidenses a dejar Asia para mudarse a Latinoamérica y el Caribe. Una jugada hábil considerando el panorama geopolítico actual y que sería bastante valiosa para la región.
Lo cierto es que tanto EEUU como China mueven sus fichas en lo que es una batalla de dominio e influencia global, el país asiático cada vez avanza más en su agenda, pero parece que sus expectativas también estás limitadas por la realidad económica y porque su principal competidor sigue siendo muy poderoso e influyente.