Uno de los líderes del Secretariado de las FARC, Jesús Santrich, acusado por la justicia de EE. UU. por narcotráfico, fue trasladado hoy desde el hospital El Tunal en Bogotá a la fundación Caminos de Libertad, una sede del Episcopado colombiano, luego de recibir el alta médica.
El exfarc fue internado el pasado 26 abril luego de que su salud se viera en peligro tras emprender una huelga de hambre exigiendo su libertad, “soy inocente”, ha señalado.
Recordando la fuga de Pablo Escobar de ‘La Catedral’
El traslado de Santrich hace recordar la enigmática fuga del capo colombiano Pablo Escobar, pues ambos coincidieron en elegir su propio centro de reclusión con el aval de las instituciones del país.
Escobar, el narco más temido de la historia, cuyo nombre aún es recordado, se entregó a la justicia el 19 de junio de 1991 y se fugó de una cárcel en Antioquia en la madrugada del 22 de julio de 1992.
La fuga fue forjada en la prisión ‘La Catedral’, lugar elegido a su gusto en las montañas del municipio de Envigado, a cambio de someterse a la justicia nacional y no ser extraditado a los Estados Unidos, caso que se asemeja con la situación jurídica del exfarc. Tras un asalto del Ejército, que liberó a dos de los rehenes, Escobar se fugó con nueve de sus hombres.
Con complicidad de los guardias, militares y la organización criminal pudo escapar a través de un muro de yeso por un costado del centro penitenciario.
Entre las 2:00 a.m y las 5:00 a.m, el capo del cartel de Medellín se dio a la fuga tras mantener secuestrados al viceministro de aquella época, Eduardo Mendoza, y al director de Prisiones, coronel Hernando Navas.
Cabe destacar que esta prisión mas que un centro de reclusión era un lugar que tenia instalaciones de lujo que asemejaban a un lugar de recreación. El capo construyó ‘La Catedral’ a su gusto y fue cimentada en el cerro de La Paz en Envigado. La elección del terreno fue escogida por Escobar ya que creció en esa zona, por cual conocía perfectamente el lugar.
Santrich si bien comparte su reclusión fuera de un centro penitenciario es custodiado por la comunidad católica del episcopado que impide, por respeto, que el exjefe guerrillero escape.
El traslado de Santrich al episcopado
La reclusión de Santrich en la cárcel de máxima seguridad La Picota el pasado 9 de abril obedece a la exigencia de una Corte de Nueva York por presunta conspiración por tráfico de 10 toneladas de cocaína hacia el país norteamericano.
En una investigación en conjunto entre la DEA y la Fiscalía General de Colombia de seguir los pasos del jefe del cartel de Sinaloa, Rafael Caro, por su presencia en el país colombiano con el fin de comprar cocaína, aparece sorpresivamente el nombre de Santrich en la cadena de venta.
Luego de su captura, buena parte del hoy movimiento político de las FARC no se encuentra a gusto, pues manifiestan abiertamente que la reclusión del exguerrillero es por asuntos políticos y que pretenden atacar el enlodado proceso de paz en Colombia.
“Informamos a la opinión pública y organizaciones solidarias que Jesús Santrich fue trasladado a la sede ofrecida por la Conferencia Episcopal por razones humanitarias, pero aún se encuentra en huelga de hambre”, detalló la ONG Fundación Lazos de Dignidad.
De acuerdo con el portal web de la fundación Caminos de Libertad, la sede “busca canalizar recursos económicos para adelantar los proyectos y programas de la pastoral penitenciaria católica”.
El exguerrilero Ivan Márquez, también presuntamente vinculado en la compraventa de cocaína, dijo que el traslado de Santrich “reaviva la agónica llama de la esperanza de la paz”.
“Es un primer paso. El sentido común reclama la libertad del vocero de paz. Agradecemos la solidaridad palpitante de muchos corazones en Colombia y el exterior” dijo.
Las comisiones de paz del Senado y la Cámara de Representantes de Colombia aprobaron ayer una proposición en la que piden al presidente Juan Manuel Santos adoptar medidas para garantizar la salud de Santrich.
¿Mal precedente?
El sorpresivo traslado de Jesús Santrich la noche de este jueves fue posible gracias a la intervención directa de la Iglesia Católica, líderes políticos, la Comisión de Paz del Congreso, entre otros. En palabras del exjefe negociador del Gobierno con el ELN, Camilo Restrepo, este caso es un grave precedente en materia de justicia.
“¿Qué van a decir las autoridades carcelarias y eclesiásticas cuando otros presos, alegando inocencia, entren también en huelga de hambre y pidan reubicación fuera de cárceles?”.