La pataleta de niños malcriados en la intelectualidad socialista contra Trump es global. Innumerables socialistas opositores venezolanos en shock por Trump, mientras en el país suramericano se afianza una dictadura.
Intelectuales, artistas, politicastros, burócratas internacionales y negociadores de privilegios, que odian la civilización occidental y sueñan con un renovado soviet global posmoderno han recibido varias bofetadas últimamente. Brexit, referéndum colombiano y Trump. La gente común dejó la mayoría silenciosa. Hablan fuerte y claro. Pero élites indignas son sordas a lo que no sea su dogma.
Veo intelectuales hispanoamericanos tan racistas que usan la palabra indio como insulto ofenderse del racismo estadounidense. Los intelectuales estadounidenses no son diferentes. Doble moral y dogmatismo socialista, define al grueso de la intelectualidad occidental actual.
No fue racismo
Que los EE. UU. están profundamente divididos es ya un mantra. Nada si no identificamos la divisoria. No es el racismo, si fuera los afroamericanos hubieran votado tan masivamente contra Trump como por Obama. No lo hicieron. Lo antilatino menos. Obtuvo el 29 % del voto latino. Más que Romney en 2012.
Las protestas callejeras de niños malcriados contra el resultado sí retratan la división. ¿Quiénes gritan que no es su presidente? Niños ricos, universitarios con muchos títulos y pocas luces. Los perroflautas de EE. UU. Los que protestaron la victoria del Brexit y el No en el plebiscito colombiano. Les faltó pedir voto limitado a graduados universitarios. La izquierda, cuando los pobres no la votan es de un elitismo alucinante.
Pero en los EE. UU. la división es por valores y creencias. Ingresos y raza importan menos que la educación universitaria para identificar activistas y votantes del nuevo presidente y su contendora. Los que los políticamente correctos llaman redneck´s y klansman´s votaron por Trump porque representó sus valores, creencias, temores e incluso prejuicios. Una parte de otras minorías que comparte esos valores votó contra Clinton.
Los señoritos maleducados
Para entender la división no hay que ir a un pueblo rural de la América profunda. Hay que ir a campus universitarios, el mayor problema de ignorancia y fanatismo no es el de los votantes de Trump, es el de los de Hillary. Como su candidata, no entienden por qué perdieron, a diferencia de ella son incapaces de aceptarlo dignamente.
La coalición anti-Trump incluyó la casi totalidad de los medios, las principales figuras del espectáculo y el arte, y prácticamente todos los claustros universitarios. Intelectualidad orgánica y revolucionaria.
Hoy en las universidades de los EE. UU. el dogmatismo neomarxista manda. Más del 80 % de los profesores son de izquierda radical, marxistas ortodoxos o intervencionistas keynesianos, adoradores del Estado, enemigos del libre mercado, profundamente antioccidentales, antirreligiosos, intolerantes, fanáticos, groseros e ignorantes de lo que no sea su área de investigación académica. Excepciones hay, pocos y arrinconados.
El fruto no cae lejos del árbol. Obama ejemplifica la incapacidad de esos graduados para entender medio EE. UU. Declaró que esas personas defendían las armas y se oponían al aborto por estar desempleados. Es porque creen que los inviables valores morales inculcados en sus universidades: justificación de la envidia, multiculturalismo antioccidental y arrogante pretensión de conocimiento falso; son la única ética.
Para medio EE. UU. el derecho a defenderse, a tener armas, la importancia de la fe religiosa como fundamento moral, el valor de la vida de quien no ha nacido y el de la familia, son convicciones profundas. Es moral burguesa, que con la propiedad privada y el Estado de Derecho, formó instituciones con y por las que el libre mercado arrancó al mundo de milenios de miseria y sigue arrancando de ahí a millones que las adoptan.
Contra eso claman los niños malcriados, y muy mal educados, que se creen superiores para imponer el dogma incontestable de sus campus sobre quienes intuitivamente lo rechazan por lo que es: socialismo inviable y destructivo.
El problema del aprendiz
El populismo de Trump gana elecciones. Para gobernar con división de poderes no sirve. Trump vio los valores, ideas, creencias y angustias del país al que no puede entender y desprecia el ignorante graduado universitario promedio.
Populista al fin, echó al saco lo bueno con lo malo. Al enfrentar a la academia, Hollywood, el monopolio del “progresismo” en los medios y su agenda cultural anti occidental y antireligiosa, despertó un movimiento comprensible e incluso necesario.
Lo malo es el proteccionismo, el keynesianismo, y las promesas incumplibles. Es bien conocido en América Latina el fracaso del crecimiento autocentrado en sustitución de importaciones. Subir aranceles y bajar impuestos. Subsidiar el trabajo ineficiente en lugar de reconvertirlo. Gigantesco programa de obras públicas para impulsar la economía. Trump parece creer que funcionará en los EE. UU. Se equivoca.
Cuando la izquierda es partidaria de la globalización y el libre mercado, nos engaña. No hay mercado libre en acuerdos que a ejemplo de la UE pueden ser y serán cooptados por burócratas internacionales para transformarlos en soviets inmunes a la posible reacción electoral contraria. Esa es su globalización, la del soviet del consenso socialdemócrata que impone dogmas y planificación en la cultura y la economía.
El partido republicano con su nueva mayoría en el Senado, la Cámara de Representantes y la mayoría de las Cámaras de los Estados es una cosa y su presidente electo otra. La Corte Suprema ya no peligra. Pero el nuevo presidente no es el mentor sino el aprendiz.
Su programa fue un batiburrillo populista de proteccionismo con mercado y valores con prejuicios. Y eso ganó. Las divisiones internas del partido republicano y las del país completo, son muchas. El aprendiz tendrá que encontrar la forma de negociar con las diferentes facciones de su propio partido y del contrario, cediendo en unos puntos para adelantar en otros.
Es proteccionista y pretende aumentar el gasto y con eso la deuda. Qué logrará adelantar de aquello y qué no está por verse. Trump fue un candidato populista exitoso, qué presidente logrará ser no lo sabemos. Veremos al aprendiz en la Casa Blanca y niños malcriados en la calle.