El gobierno de Cambiemos logró aprobar en Cámara de Diputados el proyecto de Ley de Presupuesto con 138 votos a favor, 103 votos en contra y 8 abstenciones. Ahora, el proyecto de Ley deberá evaluarse en el Senado el próximo 14 o 21 de noviembre. Lamentablemente, el protagonismo se lo llevó la violencia en las calles y no el análisis del proyecto de Ley en sí, siendo un presupuesto sumamente importante dada la coyuntura económica actual.
Similarmente a lo ocurrido el 28 de diciembre del 2017, primó la violencia, las piedras y el fuego en las calles. Esta vez, la cantidad de personas (se estiman 200 personas) que ocasionaron los incidentes fueron menores al ocurrido en diciembre pasado. No obstante, costará once millones de pesos reparar los daños ocasionados en la Plaza del Congreso en la protesta por el Presupuesto 2019. Costo que deberá pagar la ciudadanía con sus impuestos. Pero es importante que esta situación no opaque lo que realmente se debería estar discutiendo. Y esto es el proyecto de Ley de Presupuesto 2019. ¿Cuáles son sus principales perspectivas?
En primer lugar, vale la pena recordar la importancia para el oficialismo de que el proyecto de Ley se haya aprobado en la Cámara de Diputados es enorme, ya que el viernes 26 de octubre el FMI se reunió a analizar el acuerdo con la Argentina. Por esta razón, era importante que el proyecto de Ley se encontrara encaminado.
En cuanto a los números, el más importante es el del déficit primario cero. Recordemos que este déficit excluye el pago de intereses por la deuda. Este dato no es menor ya que se estima que el próximo año se incrementen en torno al 50%. El 2018 cerraría con un déficit primario cerca del 2.6% del PBI y el desafío del 2019 es llevarlo a cero. Desde luego es una buena noticia reducir el déficit. El problema es que gran parte de esta reducción tiene que ver con incrementar la carga impositiva y no con reducir el gasto.
De esta manera, principalmente por retenciones, incremento en la alícuota de bienes personales y sumándole el pago del incremento de las tarifas que los usuarios tendrán que afrontar el próximo año, aproximadamente el 65% del ajuste caerá sobre el sector privado. Por el otro lado, el sector público reducirá su gasto en un 35%. En otras palabras, si bien es cierto que hay un esfuerzo para reducir el gasto, no es cierto que es 50 y 50 como intenta vender el oficialismo. No obstante, de alcanzarse (y es probable que así sea) el déficit primario cero, sería una buena señal para los mercados internacionales.
Pero debemos tener en cuenta que la tarea de reducir el gasto público continúa sumamente pendiente, porque aumentar la carga impositiva al sector privado como se hizo es pensar en el corto plazo, pero sufrir en el largo plazo si no se atacan los problemas estructurales. No olvidemos que Argentina es el país con la mayor presión impositiva efectiva sobre el sector privado después de las Islas Comoras.
En términos de actividad, se estima este año la economía caerá un 2.4% y que el próximo lo haría en 0.5%. Sin embargo, el FMI es más pesimista y hasta ahora pronostica una caída en torno al 1.4% para el próximo año. Lo próximos dos trimestres del año será recesivos y luego la economía comenzará, muy lentamente y si el campo no da sorpresas negativas, a recuperarse. También se espera que el crecimiento de Brasil de una mano, pero no será suficiente para evitar una caída en el nivel de actividad en el año entrante.
Una de las variables más cuestionadas del Presupuesto 2019 es pensar un tipo de cambio promedio de $40.1 por dólar para el año. Este dato se encuentra muy por debajo de las estimaciones privadas que rondan en un tipo de cambio promedio de $ 51.4 por dólar. La verdad, es que cuesta creer un tipo de cambio promedio tan bajo como el que menciona el proyecto de Ley.
En cuanto a la inflación, que este año cerraría en torno al 45%, el gobierno estima que el próximo año se encontraría en torno al 23% interanual. En esta materia, el Banco Central decidió dejar atrás el régimen de metas de inflación utilizado por Federico Sturzenegger. En cambio, el actual presidente del Banco Central, Guido Sandleris, pasó a una estrategia de agregados monetarios prometiendo que la base monetaria crecerá 0% hasta junio del 2019. De cumplirse esto, es de esperar que la inflación tome un sendero descendente el año próximo, aunque difícilmente alcance el 23% al que apunta el oficialismo. En este sentido, no es tarea fácil que la moneda local vuelva a ganar confianza y su demanda no sea tan débil.
Por otro lado, la devaluación llevada a cabo estima que se verá reflejado en una gran disminución en el déficit de cuenta corriente, estimada en 2.2% del PBI para el 2019. Sin dudas que el déficit en cuenta corriente se reducirá ya que gran parte del déficit es explicado por el turismo, que en el 2017 fue deficitario en aproximadamente USD $ 10.600 millones.
Finalmente, el nivel de endeudamiento externo se ha incrementado notablemente, que según Presupuesto 2019 alcanzaría el 87% del PBI para finales del 2018. Lo trágico de esta situación, es que, con un acuerdo exitoso con el FMI, Argentina podría volver a financiarse en los mercados internacionales. Mientras tanto, producto de la falta de competitividad, las inversiones brillan por su ausencia.
En definitiva, este presupuesto es de emergencia debido a la crisis económica y en parte, debe entenderse como tal. Pero el verdadero cambio aún sigue siendo un asunto pendiente, lo que implicaría una reducción del gasto público que viene generando hace décadas que Argentina gaste más de lo que gana.