El pasado sábado 28 de enero, llegaron representantes del Comité de Chicago para las relaciones globales, para reunirse con representantes del Gobierno cubano y asistir a charlas de expertos sobre asuntos de importancia en la isla.
La delegación “The Chicago Council on Global Affairs” (Comité de Chicago para las relaciones globales), permanecerá en Cuba hasta el próximo primero de febrero.
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Esta es la primera visita de una organización de EE. UU. a Cuba desde que Donald Trump asumió la Presidencia de Estados Unidos.
“Nos centraremos en las expectativas para la inversión extranjera y el sector privado, el efecto que tendrá en los principios socialistas la rápida transición económica —especialmente sobre la educación y la sanidad— y el formato de gobierno mientras se realiza esta histórica transición”, indicó una nota explicativa del Chicago Council.
Los integrantes de la delegación son líderes en diferentes esferas sociales de esa ciudad, entre ellas la de negocios, filantropía, educación y sociedad civil.
“Ya sea en busca de posibilidades de inversión o para comprender la geopolítica de los países visitados, cada integrante de la misión tiene un interés personal en conocer las oportunidades y retos que encara Cuba”, refiere el documento.
En misiones anteriores, este lobby independiente de Chicago ha mantenido encuentros con altos representantes de la Unión Europea, la OTAN y países como Corea del Sur, Arabia Saudí, Catar, Ucrania, Turquía y Singapur.
Sin embargo, el objetivo del grupo en esta ocasión, es “arrojar luz y ofrecer soluciones” sobre asuntos que trascienden fronteras, para “transformar la forma en que las personas, las empresas y los gobiernos se interrelacionan con el mundo”.
Según indican medios locales, en este viaje ya se notaron los efectos de la llegada de Trump a la Casa Blanca, pues los puertos de Everglades y Palm Beach, en Florida, cancelaron en el último momento la firma de sendos acuerdos de cooperación con Cuba tras la advertencia del gobernador del estado, Rick Scott, de recortar los fondos federales a las terminales marítimas que “trabajen” con la isla.
El presidente cubano por su parte, ha manifestado “proseguir el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común” con el nuevo Gobierno estadounidense.
“Cuba y EE.UU. pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos países”; dijo Castro en la V Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).