Los gobiernos de México y Chile adviertieron que dejarán de ser garantes en el diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana si el dictador continúa tomando acciones que van en contra de las negociaciones.
Tanto el canciller mexicano, Luis Videgaray, como su par chileno, Heraldo Muñoz, decidieron enviar la advertencia sobre su posible retiro de las negociaciones al presidente dominicano Danilo Medina (anfitrión de los encuentros) con la intención de exigir seriedad y congruencia por parte del régimen venezolano. Videgaray explicó que su inconformidad se produjo luego de algunas decisiones tomadas por el Gobierno venezolano tras la última reunión del pasado 15 de diciembre.
Las acciones de Maduro “no son congruentes con lo que se ha venido hablando en la mesa”, manifestó el canciller mexicano en referencia a la decisión arbitraria de la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela que compromete la participación de importantes partidos de la oposición en los próximos procesos electorales.
La decisión tomada por la dictadura venezolana, el pasado 20 de diciembre de 2017, busca inhabilitar a los principales partidos políticos de la oposición venezolana en las próximas elecciones, mediante un decreto que les prohibiría presentar candidatos debido a su no participación en el último proceso electoral.
El “Decreto Constituyente para la Validación de Partidos Políticos” dejaría por fuera a tres de los principales partidos políticos opositores de ese país (Acción Democrática, Voluntad Popular y Primero Justicia), ya que fueron estos los que decidieron abstenerse de participar en el pasado proceso electoral de las municipalidades por la fuerte desconfianza hacia el sistema electoral venezolano controlado por el oficialismo.
México y Chile no son los únicos que han manifestado su descuerdo con la decisión del Gobierno venezolano, otros países como Brasil y Canadá también han condenado las imposiciones del régimen dictatorial y consideran las medidas como parte del “continuado acoso del régimen de Nicolás Maduro a la oposición venezolana”, que “desmienten el anunciado interés del Gobierno venezolano en buscar una solución negociada y duradera para la crisis”.
Incluso el secretario general de la OEA, Luis Almagro, le ha pedido a la comunidad internacional implmentar más sanciones contra los funcionarios del régimen venezolano, para así forzar “negociaciones serias” que permitan elecciones con garantías en Venezuela.
Para Almagro “el camino diplomático que queda por delante es el camino de las sanciones”, como única vía diplomática para que “el régimen venezolano estructure y permita un proceso electoral claro” con garantías y observación internacional.
Sec. General Almagro sobre #Venezuela: "El camino diplomático que queda es el camino de las sanciones y creo que tienen que haber sanciones cada vez más duras que permitan que el régimen venezolano permita un proceso electoral claro".
— Mariano de Alba (@marianodealba) January 4, 2018
Diálogo oficialismo-oposición
El nuevo intento de diálogo entre el régimen y la oposición venezolana se lleva a cabo a puerta cerrada en Santo Domingo con observadores como Chile, México, Bolivia, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas.
La desventaja de la oposición en el proceso se evidencia tan solo con los países observadores del proceso, en donde Chile y México son los únicos observados críticos al régimen, y ahora ambos podrían retirarse y no asistir a la siguiente ronda, prevista para el 12 de enero de este año.
Es importante destacar que ya han habido intentos de diálogos entre el régimen chavista y la oposición venezolana, sin embargo, en ninguno de los intentos se logró ningún cambio positivo, debido a que el Gobierno no cumplía ninguno de los compromisos adquiridos.
Aun cuando en conversaciones anteriores la oposición se encontraba en un mejor escenario para negociar, debido a que contaban con presión interna que ejercía la sociedad, la dictadura nunca cedió, por lo que ahora, con una oposición fracturada, la posibilidad de generar algún cambio se vuelve cada vez más utópica.
El diálogo “es un desperdicio de dinero de los contribuyentes […] han tratado de dialogar repetidamente y no ha funcionado. Simplemente le otorga tiempo a Maduro”, opinaron fuentes ligadas al Departamento de Estado de los Estados Unidos.