Evo Morales anuló la segunda vuelta electoral y se proclamó unilateramente vencedor. Pese a las multitudinarias marchas que protestan en contra Evo Morales por la violación flagrante contra la República, por medio de su atropello a la Constitución y su afronta a la democracia al ignorar el voto popular, el flamante presidente de Argentina, Alberto Fernández, llamó “triunfo electoral” a la usurpación del poder por parte de Evo Morales.
En respuesta a la felicitación que Evo Morales le envió a Alberto Fernández, el mandatario argentino elegido el pasado domingo llamó querido a Evo y habló en plural sobre el futuro trabajo conjunto de ambos.
Para el exiliado político por la dictadura de Evo Morales, cinco veces ministro, exdiputado, abogado experto en derecho constitucional, máster en ciencia política y máster en sociología, Carlos Sánchez Berzaín, “estas felicitaciones hay que verlas como una amenaza para la región en lo internacional, porque es el reconocimiento que está dando el Fernández a Evo Morales. Es el reconocimiento al narcoestado. Es el reconocimiento a la violación de los derechos humanos”.
“Es el mismo reconocimiento a la corrupción que ya ha hecho con Cristina Fernández de Kirchner. Es el reconocimiento al fraude electoral conocido y señalado por todo el mundo. Y seguramente es el mismo de conocimiento que no va a tardar de hacer con Maduro de Venezuela, con el usurpador como Ortega en Nicaragua y con los Castro Díaz-Canel en Cuba”, agrega.
Las felicitaciones de Evo Morales a los Fernández Kirchner, y de los Fernández Kirchner a Evo Morales no son sino las de presentación de las proximidades entre astillas del mismo palo. Exalta que eso es castrochavismo puro y que es el resultado de que los argentinos fueran llevados a la opción terrible de votar entre un mal gobierno, el de Macri, y el crimen organizado que viene de vuelta con Cristina de Kirchner, con el “palo blanco” o prestanombres que es Alberto Fernández, y optaron por lo segundo.
Muchas gracias, querido @evoespueblo, por tu saludo y por tu amistad. Y mis felicitaciones por tu triunfo electoral. Tenemos el desafío de profundizar nuestros vínculos y reconstruir entre todos el potencial de América Latina, para integrarnos al mundo cuidando a nuestra gente. https://t.co/4XUnXHBqlh
— Alberto Fernández (@alferdez) October 28, 2019
En vista de que el único organismo frente al cual podrían apelar los bolivianos para exigir un conteo transparente, el Tribunal Supremo Electoral, fue el mismo que permitió la candidatura ilegal de Morales, el experto Sánchez Berzaín plantea que la única opción para Bolivia es el repudio internacional, que las naciones del mundo no reconozcan los resultados electorales fraguados, ni a Evo Morales como presidente.
Ante lo cual es contraproducente el reconocimiento de Fernández, no solo a Evo como presidente, sino que lo afirma como integrante de un proyecto regional que se ha perpetuado por medio de la represión y el empobrecimiento de sus ciudadanos, desde Cuba hasta Bolivia.
Por eso y más Sanchez Berzaín llama a Evo un dictador que emula fielmente el método chavista. De modo que ahora los bolivianos no solo se enfrentan a un tirano que coaptó todos los poderes del Estado, sino también a uno que es respaldado por los líderes de la región, apoyo con el cual no contaba al menos ideológicamente en Argentina bajo la gestión de Mauricio Macri.
Mientras tanto, los ciudadanos en las calles de Bolivia no dan tregua y se mantienen firmes en rechazo contra el supuesto “triunfo electoral” de Evo Morales.
Se enfrentan no solo a un líder que domina todas las esferas del poder sino que además cuenta con un contingente de defensa en las calles que enfrentan a los manifestantes.
Desde funcionarios públicos y supuestos mineros que se transportan en la aerolínea estatal, hasta la ministra de salud (casada con el kirchnerista argentino Fabián Restivo), se enfrentan violentamente con los civiles que repudian la re-re-reelección.
Referentes de la resistencia civil acusan la entrega de barrotes de madera por parte del gobierno para atacar a los civiles e incluso dinamita detonada por los supuestos mineros.
Pero no tienen frente a quien quejarse, ya que reclaman que Evo Morales controla a la justicia. Hasta ahora, la presión internacional era la mayor esperanza. Pero con el ascenso al poder de Alberto Fernández y consigo el fortalecimiento del socialismo del siglo XXI, esa puerta se achica.