Al menos 123 cubanos pasarán la Navidad en prisión, como presos políticos y de consciencia. En su honor, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos emprendió una campaña llamada 60 Navidades con presos políticos en Cuba. Pues desde 1959, con el inicio de la revolución, la persecución ideológica no ha parado.
Luego de más de medio siglo en el poder, el Partido Comunista ha logrado que Cuba se vuelva el país del hemisferio con el presidio político más longevo y numeroso. Más de 500 000 personas han pasado por las mazmorras cubanas. Sus penas oscilan entre un día a 30 años.
Con la particularidad que a partir del sexto mes de prisión el Estado tiene el poder de expropiar la vivienda del preso. Ante lo cual queda privado no solo de su libertad sino también de su propiedad.
Y los más afectados son precisamente quienes celebran la Navidad: los cristianos.
Gracias al Papa Juan Pablo II se puede festejar la Navidad en Cuba
No fue hasta 1991, con la caída de la Unión Soviética, quien mantenía económicamente a Cuba, que fue permitido que católicos sean parte del Partido Comunista, como intento de mejorar las relaciones con el Vaticano.
Ya que el único partido permitido es el comunista, la única forma de participar legalmente en política es a través de él. Por tanto, a los católicos les fue negada la participación política por décadas.
Recién en 1998 un papa, Juan Pablo II, visitó la isla. Esto resultó en la restitución de la Navidad como feriado nacional, al igual que el levantamiento de varias restricciones que pesaban sobre los feligreses.
Persecución religiosa en Cuba
Fiel al enunciado de Karl Marx, padre del socialismo científico, “la religión es el opio de los pueblos”, en Cuba hasta la fecha hay barricadas alrededor de las iglesias, lugar donde los opositores van antes de protestar en busca de protección espiritual, ya que son vulnerables ante el Estado.
Y esto ha sido así desde el inicio de la revolución. La red de observadores de la OCDH que operan en la isla contabilizó 96 abusos contra mujeres y 87 contra hombres en diciembre del 2018.
Decenas de arrestos sucedieron fuera de iglesias, para impedir el ingreso y también en las casas de los feligreses para impedir que puedan acudir a la misa.
Las principales afectadas por estas medidas son las Damas de Blanco, mujeres que son madres, hermanas, hijas y esposas de presos políticos que exigen su libertad.
Cada domingo son detenidas, golpeadas e incluso torturadas, como Lady Yilenis Aguilera, Dama de Blanco a la que el régimen comunista le indujo un aborto por los golpes que le proporcionaron por asistir a misa.
Los católicos preferían morir antes que reconocer al líder de la revolución como un Dios humanado
La persecución ha sido tal que en el tiempo del Che Guevara los católicos preferían morir antes que reconocer al líder de la revolución como un Dios humanizado.
Al grito de «¡Viva Cristo Rey!», clamor que se popularizó en México cuando el gobierno socialista prohibió la fe católica y ahorcó a los sacerdotes dentro de las iglesias, lo cual desencadenó la guerra cristera, los cubanos católicos eran fusilados de un tiro en la cabeza en La Cabaña, la antigua fortaleza española que operaba como guarida de los revolucionarios en los meses que apelaron a las tácticas de guerrilla para derrocar a la dictadura socialista de Fulgencio Batista.
De acuerdo al Che Guevara, el debido proceso era un artilugio burgués. Por ello la justicia comunista no esperaba a un juicio individual sino que ejercía el castigo colectivo.
Una vez en el poder, los revolucionarios crearon las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), donde buscaban «rectificar» tanto la homosexualidad como el cristianismo, pues consideraban que ambos estilos de vida eran contraproducentes para la lucha armada. Entonces estos hombres, tanto católicos como Testigos de Jehová, debían suplir su carencia haciendo labor forzada en el campo.
«El trabajo os hará hombres» era el lema del Che Guevara, alegando que los homosexuales eran poco hombres. Lo mismo hacia los católicos, pues la religiosidad ha sido históricamente un rasgo femenino. Tanto que el símbolo femenino, desde la Antigua Grecia, representa a la mujer como custodia de la moral y la belleza, por medio de un espejo y una cruz; que adoptó una forma más católica/cristiana en la Edad Media (♀).
Ahora la Navidad no es prohibida, sí es prohibitiva. Pues basta con que un feligrés se manifieste contra el régimen para que le sea negado ir a misa y termine en prisión.